Y tú le hablarás, y pondrás las palabras en su boca. Yo estaré con tu boca y con su boca y les enseñaré lo que tienen que hacer.
(Éxodo 4:15)Además, Aarón hablará por ti al pueblo. El te servirá como boca y tú serás para él como Dios.
(Éxodo 4:16)Y esta vara la llevarás en tu mano, y con ella harás las señales."
(Éxodo 4:17)Moisés se fue y volvió a casa de su suegro Jetro, y le dijo: "Te ruego que me dejes ir para volver a mis hermanos que están en Egipto, y ver si aún viven." "Ve en paz," le contestó Jetro.
Y el SEÑOR dijo a Moisés en Madián: "Ve, vuelve a Egipto, porque han muerto todos los hombres que buscaban tu vida."
(Éxodo 4:19)Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó sobre un asno y volvió a la tierra de Egipto. Moisés tomó también la vara de Dios en su mano.
(Éxodo 4:20)Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Cuando vuelvas a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano. Pero Yo endureceré su corazón de modo que no dejará ir al pueblo.
(Éxodo 4:21)Otras publicaciones relacionadas con "Éxodo 4:18":
Éxodo 4:18 - Referencia Cruzada
Después de algunos días Pablo dijo a Bernabé: "Volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades donde hemos proclamado la palabra del Señor, para ver cómo están."
(Hechos 15:36)Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz."
(Lucas 7:50)José dijo a sus hermanos: "Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?" Pero sus hermanos no podían contestarle porque estaban atónitos delante de él.
(Génesis 45:3)Todos los que están bajo yugo como esclavos, consideren a sus propios amos como dignos de todo honor, para que el nombre de Dios y nuestra doctrina no sean blasfemados.
(1 Timoteo 6:1)Ve en paz," le respondió Elí; "y que el Dios de Israel te conceda la petición que Le has hecho."
(1 Samuel 1:17)El carcelero comunicó a Pablo estas palabras, diciendo: " Los magistrados superiores han dado orden de que les suelte. Así que, salgan ahora y vayan en paz."
(Hechos 16:36)Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto y llegó a Horeb, el monte de Dios.
(Éxodo 3:1)