Nueva Biblia Latinoamericana
Ustedes ven que el hombre es justificado por las obras y no sólo por la fe. (Santiago 2:24)
Y de la misma manera, ¿no fue la ramera Rahab también justificada por las obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? (Santiago 2:25)
Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta. (Santiago 2:26)
Hermanos míos, que no se hagan maestros muchos de ustedes , sabiendo que recibiremos un juicio más severo (mayor condenación).
Porque todos fallamos (ofendemos) de muchas maneras. Si alguien no falla en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. (Santiago 3:2)
Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo. (Santiago 3:3)
Miren también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto quiere. (Santiago 3:4)

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Santiago 3:1 - Referencia Cruzada

En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes (Antipas, hijo de Herodes el Grande) el tetrarca, y Saulo. (Hechos 13:1)
Hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel. Cuando oigas la palabra de Mi boca, adviérteles de Mi parte. (Ezequiel 3:17)
No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados. (Lucas 6:37)
Y a ti, hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel; oirás, pues, la palabra de Mi boca, y les advertirás de Mi parte. (Ezequiel 33:7)
Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. (1 Corintios 11:29)
Y en la iglesia, Dios ha designado primeramente, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas. (1 Corintios 12:28)
Ahora bien, lo que se requiere además de los administradores es que cada uno sea hallado fiel. (1 Corintios 4:2)
Y aquel siervo que sabía la voluntad de su señor, y que no se preparó ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; (Lucas 12:47)
Y para esto yo fui constituido predicador y apóstol, (digo la verdad en Cristo, no miento), como maestro de los Gentiles en fe y verdad. (1 Timoteo 2:7)
Cuando los Fariseos vieron esto, dijeron a Sus discípulos: "¿Por qué come su Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores?" (Mateo 9:11)
Por tanto, les doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos, (Hechos 20:26)
tampoco como teniendo señorío sobre los que les han sido confiados, sino demostrando ser (convirtiéndose en) ejemplos del rebaño. (1 Pedro 5:3)
Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo. (2 Corintios 5:10)
Entonces lo llamó y le dijo: '¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Rinde cuentas de tu administración, porque no puedes ser más mayordomo.' (Lucas 16:2)
Un discípulo no está por encima del maestro, ni un siervo por encima de su señor. (Mateo 10:24)
Entonces Moisés dijo a Aarón: "Esto es lo que el SEÑOR dijo: 'Como santo seré tratado por los que se acercan a Mí, Y en presencia de todo el pueblo seré honrado.'" Y Aarón guardó silencio. (Levítico 10:3)
Que el SEÑOR extermine de las tiendas de Jacob al hombre que hace esto (sea testigo o defensor) aunque presente una ofrenda al SEÑOR de los ejércitos. (Malaquías 2:12)
Quieren ser maestros de la Ley, aunque no saben lo que dicen ni entienden las cosas acerca de las cuales hacen declaraciones categóricas. (1 Timoteo 1:7)
Pero, ¡ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que cierran el reino de los cielos delante de los hombres! Porque ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que están entrando. (Mateo 23:13)
instructor de los necios, maestro de los faltos de madurez; que tienes en la Ley la expresión misma del conocimiento y de la verdad, (Romanos 2:20)
Para este evangelio yo fui constituido predicador, apóstol y maestro. (2 Timoteo 1:11)
Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? (Juan 3:10)
Pero ustedes no dejen que los llamen Rabí; porque Uno es su Maestro y todos ustedes son hermanos. (Mateo 23:8)
No juzguen para que no sean juzgados. (Mateo 7:1)
Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, (Efesios 4:11)
Obedezcan a sus pastores (guías) y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes han de dar cuenta. Permítanles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para ustedes. (Hebreos 13:17)