Su promesa
Faustino de Jesús Zamora VargasEl mundo vive de las promesas que no sabe si se van a cumplir. El cristiano descansa en la fidelidad de Dios. Pueden venir días y momentos difíciles, pero ten por seguro que Dios no te va a fallar.
La plenitud de vida en Cristo se hace realidad por Su promesa, hilo conductor de la Palabra desde Adán hasta Jesús. La promesa nos hace herederos del Reino, del cual ya gozamos de muchos de sus beneficios. La promesa de Dios a Abraham consistía en una bendición a todas las naciones de la tierra a través de su simiente. Cristo es esa simiente que vino a este mundo a bendecir a todas las personas que le reciben a través de la fe. Vivir con la vista puesta en la promesa no es desdoblar quimeras en el aire, sino vivir confiado en que el plan de Dios para nuestras vidas tiene sentido, es inmutable y nada ni nadie lo puede cambiar. En Jesús son cumplidos todos los pactos que Dios hizo a su pueblo y la promesa dejó de ser una añorada esperanza porque Él se hizo verdadero, increíblemente real.