Nueva Biblia Latinoamericana
el cual también nos hizo suficientes como ministros (servidores) de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. (2 Corintios 3:6)
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, de tal manera que los Israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de la gloria de su rostro, la cual se desvanecía, (2 Corintios 3:7)
¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu? (2 Corintios 3:8)
Porque si el ministerio de condenación tiene gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justicia.
Pues en verdad, lo que tenía gloria, en este caso no tiene gloria por razón de la gloria que lo sobrepasa. (2 Corintios 3:10)
Porque si lo que se desvanece fue con gloria, mucho más es con gloria lo que permanece. (2 Corintios 3:11)
Teniendo, por tanto, tal esperanza, hablamos con mucha franqueza. (2 Corintios 3:12)

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2 Corintios 3:9 - Referencia Cruzada

Pondrás límites alrededor para el pueblo, y dirás: 'De ningún modo suban al monte o toquen su límite. Cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá. (Éxodo 19:12)
En sus días Judá será salvada, E Israel morará seguro; Y éste es Su nombre por el cual será llamado: 'El SEÑOR, justicia nuestra.' (Jeremías 23:6)
Abraham recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia de la fe que tenía mientras aún era incircunciso, para que fuera padre de todos los que creen sin ser circuncidados, a fin de que la justicia también se les tome en cuenta a ellos. (Romanos 4:11)
Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un Hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos. (Romanos 5:15)
Pues lo que la Ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo : enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, (Romanos 8:3)
Pues en verdad, lo que tenía gloria, en este caso no tiene gloria por razón de la gloria que lo sobrepasa. (2 Corintios 3:10)
y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la Ley, sino la que es por la fe en Cristo (el Mesías), la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, (Filipenses 3:9)
Porque todos los que son de las obras de la Ley están bajo maldición, pues escrito está: "MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS." (Gálatas 3:10)
De Cristo se han separado, ustedes que procuran ser justificados por la ley; de la gracia han caído. (Gálatas 5:4)
Al que no conoció pecado, Lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El. (2 Corintios 5:21)
Pero por obra Suya están ustedes en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, santificación y redención, (1 Corintios 1:30)
Porque ustedes no se han acercado a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino, (Hebreos 12:18)
Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba. Cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. (Éxodo 20:18)
Yo acerco Mi justicia, no está lejos; Y Mi salvación no tardará. Pondré salvación en Sion, Y para Israel será Mi gloria. (Isaías 46:13)
el cual también nos hizo suficientes como ministros (servidores) de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. (2 Corintios 3:6)
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRA. (Romanos 1:17)
Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. (Romanos 10:3)
Pero ahora, aparte de la Ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, confirmada por la Ley y los Profetas. (Romanos 3:21)
Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde. (Hebreos 3:5)
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han recibido una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo: (2 Pedro 1:1)
Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. (1 Corintios 15:41)