Nueva Biblia Latinoamericana
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:39)
Digo la verdad en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo, (Romanos 9:1)
de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. (Romanos 9:2)
Porque desearía yo mismo ser anatema (maldito), separado de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes (los de mi raza) según la carne.
Porque son Israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, (Romanos 9:4)
de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo (el Mesías), el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén. (Romanos 9:5)
Pero no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los descendientes de Israel son Israel; (Romanos 9:6)

Otras publicaciones relacionadas con "Romanos 9:3":

Dr. Roberto Miranda
Dios es fiel
Un sermón sobre la seguridad de salvación de los creyentes en Cristo y la importancia de tener una comunidad de creyentes que puedan orar, animar y responsabilizarnos unos a otros en nuestra caminata con Cristo.


Dr. Roberto Miranda
Romanos 8
En este sermón, el pastor predica sobre el Capítulo 8 de la Carta a los Romanos y habla sobre la naturaleza de la salvación y la importancia de vivir en el espíritu.


Romanos 9:3 - Referencia Cruzada

Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: "MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO," (Gálatas 3:13)
Y dijo Saúl: "Que Dios me haga esto, y aun más, pues ciertamente morirás, Jonatán." (1 Samuel 14:44)
Por tanto, les hago saber que nadie hablando por el Espíritu de Dios, dice: "Jesús es anatema (maldito);" y nadie puede decir: "Jesús es el Señor," excepto por el Espíritu Santo. (1 Corintios 12:3)
si en alguna manera puedo causar celos a mis compatriotas (Israelitas) y salvar a algunos de ellos. (Romanos 11:14)
Y Labán le dijo: "Ciertamente tú eres hueso mío y carne mía." Y Jacob se quedó con él todo un mes. (Génesis 29:14)
Porque todos los que son de las obras de la Ley están bajo maldición, pues escrito está: "MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS." (Gálatas 3:10)
Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema (maldito). (Gálatas 1:8)
Pero los hombres de Israel estaban en gran aprieto aquel día, porque Saúl había puesto al pueblo bajo juramento, diciendo: "Maldito sea el hombre que tome alimento antes del anochecer, antes que me haya vengado de mis enemigos." Y nadie del pueblo probó alimento. (1 Samuel 14:24)
La ciudad será dedicada al anatema (a la destrucción), ella y todo lo que hay en ella pertenece al SEÑOR. Sólo Rahab la ramera y todos los que están en su casa vivirán, porque ella escondió a los mensajeros que enviamos. (Josué 6:17)
Porque ¿cómo podría yo ver la calamidad que caería sobre mi pueblo? ¿Cómo podría yo ver la destrucción de mi gente?" (Ester 8:6)
Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a Su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy Israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. (Romanos 11:1)
su cuerpo no quedará colgado del árbol toda la noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es maldito de Dios), para que no contamines la tierra que el SEÑOR tu Dios te da en heredad." (Deuteronomio 21:23)
Si alguien no ama al Señor, que sea anatema (maldito). ¡Maranata! (¡El Señor viene!) (1 Corintios 16:22)
Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre ustedes temen a Dios, a nosotros nos es enviada la palabra de esta salvación. (Hechos 13:26)
Pero ahora, si es Tu voluntad, perdona su pecado, y si no, bórrame del libro que has escrito." (Éxodo 32:32)
Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años, sintió en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los Israelitas. (Hechos 7:23)