Nueva Biblia Latinoamericana
Ester habló de nuevo delante del rey, cayó a sus pies, y llorando, le imploró que impidiera los propósitos perversos de Amán el Agagueo y el plan que había tramado contra los Judíos. (Ester 8:3)
El rey extendió hacia Ester el cetro de oro, y Ester se levantó y se puso delante del rey, (Ester 8:4)
y dijo: "Si le place al rey, y si he hallado gracia delante de él, si el asunto le parece bien al rey y yo soy grata ante sus ojos, que se escriba para revocar las cartas concebidas por Amán, hijo de Hamedata, el Agagueo, las cuales escribió para destruir a los Judíos que están en todas las provincias del rey. (Ester 8:5)
Porque ¿cómo podría yo ver la calamidad que caería sobre mi pueblo? ¿Cómo podría yo ver la destrucción de mi gente?"
Entonces el rey Asuero dijo a la reina Ester y al Judío Mardoqueo: "Miren, he dado a Ester la casa de Amán, y a él lo han colgado en la horca porque extendió su mano contra los Judíos. (Ester 8:7)
Ustedes, pues, escriban acerca de los Judíos como les parezca bien, en nombre del rey, y séllenlo con el anillo del rey. Porque un decreto que está escrito en nombre del rey y sellado con el anillo del rey no puede ser revocado." (Ester 8:8)
Así que fueron llamados los escribas del rey en aquel momento en el mes tercero (es decir, el mes de Siván), en el día veintitrés; y conforme a todo lo que ordenó Mardoqueo se escribió a los Judíos, a los sátrapas, a los gobernadores y a los príncipes de las provincias que se extendían desde la India hasta Etiopía, 127 provincias, a cada provincia conforme a su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, y a los Judíos conforme a su escritura y a su lengua. (Ester 8:9)

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Ester 8:6 - Referencia Cruzada

de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. (Romanos 9:2)
y le dije al rey: "Viva para siempre el rey. ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desolada y sus puertas han sido consumidas por el fuego?" (Nehemías 2:3)
En el mes doce (es decir, el mes de Adar), el día trece cuando estaban para ejecutarse el mandato y edicto del rey, el mismo día que los enemigos de los Judíos esperaban obtener dominio sobre ellos, sucedió lo contrario, porque fueron los Judíos los que obtuvieron dominio sobre los que los odiaban. (Ester 9:1)
Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, Y mis ojos fuente de lágrimas, Para que yo llorara día y noche Por los muertos de la hija de mi pueblo. (Jeremías 9:1)
¡Alma mía, alma mía! (¡Entrañas mías, entrañas mías!) Estoy angustiado, ¡oh corazón mío! Mi corazón se agita dentro de mí; No callaré, Porque has oído, alma mía, El sonido de la trompeta, El pregón de guerra. (Jeremías 4:19)
Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá a mi padre?" (Génesis 44:34)
Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, (Lucas 19:41)
Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación. (Romanos 10:1)
porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para el exterminio, para la matanza y para la destrucción. Y si sólo hubiéramos sido vendidos como esclavos o esclavas, hubiera permanecido callada, porque el mal no se podría comparar con el disgusto del rey." (Ester 7:4)