Nueva Biblia Latinoamericana
También muchos de los que habían creído continuaban viniendo, confesando y declarando las cosas que practicaban. (Hechos 19:18)
Muchos de los que practicaban la magia, juntando sus libros, los quemaban a la vista de todos. Calcularon su precio y hallaron que llegaba a 50,000 monedas de plata (180 kg). (Hechos 19:19)
Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor. (Hechos 19:20)
Pasadas estas cosas, Pablo decidió en el espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: "Después que haya estado allí, debo visitar también Roma."
Y habiendo enviado a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, él se quedó en Asia por algún tiempo. (Hechos 19:22)
Por aquel tiempo se produjo un alboroto no pequeño por motivo del Camino. (Hechos 19:23)
Porque cierto platero que se llamaba Demetrio, que labraba templecillos de plata de Diana (Artemisa) y producía no pocas ganancias a los artífices, (Hechos 19:24)

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Hechos 19:21 - Referencia Cruzada

Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con regocijo. (Hechos 21:17)
Entonces Pablo respondió: "Ante el tribunal del César estoy, que es donde debo ser juzgado. Ningún agravio he hecho a los Judíos, como también usted muy bien sabe. (Hechos 25:10)
diciendo: 'No temas, Pablo; has de comparecer ante el César; pero ahora, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.' (Hechos 27:24)
Quiero que sepan, hermanos, que las circunstancias en que me he visto, han redundado en un mayor progreso del evangelio, (Filipenses 1:12)
Cuando se decidió que deberíamos embarcarnos para Italia, fueron entregados Pablo y algunos otros presos a un centurión de la compañía (tropa) Augusta, llamado Julio. (Hechos 27:1)
Porque Pablo había decidido dejar a un lado a Efeso para no detenerse en Asia, pues se apresuraba para estar, en Jerusalén el día de Pentecostés si le era posible. (Hechos 20:16)
Entonces, después de catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito. (Gálatas 2:1)
Y con esta confianza me propuse ir primero a ustedes para que dos veces recibieran bendición, (2 Corintios 1:15)
A la noche siguiente el Señor se le apareció a Pablo y le dijo: "Ten ánimo, porque como has testificado fielmente de Mi causa en Jerusalén, así has de testificar también en Roma." (Hechos 23:11)
¿Quién es aquél que habla y así sucede, A menos que el Señor lo haya ordenado? (Lamentaciones 3:37)
Así que, por mi parte, ansioso estoy de anunciar el evangelio (las buenas nuevas) también a ustedes que están en Roma. (Romanos 1:15)
Después que cesó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos, y habiéndolos exhortado, despidiéndose, partió para ir a Macedonia. (Hechos 20:1)
Pasaron por la región de Frigia y Galacia, habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia (provincia occidental de Asia Menor). (Hechos 16:6)
quien vino a ver nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: "Así dice el Espíritu Santo: 'Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'" (Hechos 21:11)
de tal manera que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y en Acaya. (1 Tesalonicenses 1:7)
sino que se despidió de ellos, diciendo: "Volveré a ustedes otra vez, si Dios quiere." Y embarcándose, se fue de Efeso. (Hechos 18:21)
Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los Judíos se levantaron a una contra Pablo y lo trajeron ante el tribunal. (Hechos 18:12)
Después de varios años, he venido para traer limosnas a mi nación y a presentar ofrendas. (Hechos 24:17)
Pero ahora, no quedando ya más lugares para mí en estas regiones, y puesto que por muchos años he tenido un gran deseo de ir a ustedes, (Romanos 15:23)
Cuando entramos en Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permitió vivir aparte, con el soldado que lo custodiaba. (Hechos 28:16)
Pablo se quedó por dos años enteros en la habitación que alquilaba, y recibía a todos los que iban a verlo, (Hechos 28:30)
Iré a ustedes cuando haya pasado por Macedonia, pues voy a pasar por Macedonia. (1 Corintios 16:5)
Después de hallar a los discípulos, nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu, que no fuera a Jerusalén. (Hechos 21:4)
Y no quiero que ignoren, hermanos, que con frecuencia he hecho planes para ir a visitarlos, pero hasta ahora me he visto impedido, a fin de obtener algún fruto también entre ustedes, así como entre los demás Gentiles. (Romanos 1:13)
Ahora yo, atado en espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que allá me sucederá, (Hechos 20:22)