Nueva Biblia Latinoamericana
Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían. (Juan 21:25)
En el primer relato, estimado Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, (Hechos 1:1)
hasta el día en que fue recibido arriba en el cielo , después de que por el Espíritu Santo El había dado instrucciones a los apóstoles que había escogido. (Hechos 1:2)
A éstos también, después de Su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo relacionado con el reino de Dios.
Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén (Ciudad de Paz), sino que esperaran la promesa del Padre: "La cual," les dijo, "oyeron de Mí; (Hechos 1:4)
porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días." (Hechos 1:5)
Entonces los que estaban reunidos, Le preguntaban: "Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?" (Hechos 1:6)

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Hechos 1:3 - Referencia Cruzada

En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo. Desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre, (Daniel 2:44)
Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado. (Mateo 28:16)
Esta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos, después de haber resucitado de entre los muertos. (Juan 21:14)
Ocho días después, Sus discípulos estaban otra vez dentro (en la casa), y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y dijo: "Paz a ustedes." (Juan 20:26)
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y lo que han tocado nuestras manos, esto escribimos acerca del Verbo de vida. (1 Juan 1:1)
Por eso les digo que el reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca los frutos del reino. (Mateo 21:43)
para que anduvieran como es digno del Dios que los ha llamado a Su reino y a Su gloria. (1 Tesalonicenses 2:12)
De repente Jesús les salió al encuentro, diciendo: "¡Saludos!" Y ellas, acercándose, abrazaron Sus pies y Lo adoraron. (Mateo 28:9)
que se apareció a Cefas (Pedro) y después a los doce. (1 Corintios 15:5)
Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. (Mateo 4:2)
Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado." (Mateo 3:2)
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. (Romanos 14:17)
Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberias, y se manifestó de esta manera: (Juan 21:1)
Cuando subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que el SEÑOR había hecho con ustedes, me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua. (Deuteronomio 9:9)
Habiendo preguntado los Fariseos a Jesús cuándo vendría el reino de Dios, El les respondió: "El reino de Dios no viene con señales visibles, (Lucas 17:20)
Entonces me postré delante del SEÑOR como al principio, por cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo el pecado que habían cometido al hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocando así Su ira. (Deuteronomio 9:18)
El primer día de la semana María Magdalena fue temprano al sepulcro, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra ya había sido quitada del sepulcro. (Juan 20:1)
predicando el reino de Dios y enseñando todo lo concerniente al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbo. (Hechos 28:31)
Se levantó, pues, y comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. (1 Reyes 19:8)
Porque El nos libró del dominio (de la autoridad) de las tinieblas y nos trasladó al reino de Su Hijo amado, (Colosenses 1:13)
Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con El, que estaban lamentándose y llorando. (Marcus 16:10)
Pero el primer día de la semana, al rayar el alba, las mujeres vinieron al sepulcro trayendo las especias aromáticas que habían preparado. (Lucas 24:1)
y por muchos días se apareció a los que habían subido con El de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son Sus testigos ante el pueblo. (Hechos 13:31)