Nueva Biblia Latinoamericana
¿No dicen ustedes: 'Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega'? Pero Yo les digo: alcen sus ojos y vean los campos que ya están blancos para la siega. (Juan 4:35)
Ya el segador recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se regocije junto con el que siega. (Juan 4:36)
Porque en este caso el dicho es verdadero: 'Uno es el que siembra y otro el que siega.' (Juan 4:37)
Yo los envié a ustedes a segar lo que no han trabajado; otros han trabajado y ustedes han entrado en su labor."
Y de aquella ciudad, muchos de los Samaritanos creyeron en El por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: "El me dijo todo lo que yo he hecho." (Juan 4:39)
De modo que cuando los Samaritanos vinieron, rogaban a Jesús que se quedara con ellos; y El se quedó allí dos días. (Juan 4:40)
Muchos más creyeron por Su palabra, (Juan 4:41)

Otras publicaciones relacionadas con "Juan 4:38":

Dr. Roberto Miranda
Una Cita con Cristo : La Parabola del Sembrador (Mateo 13:1) Parte 7
Una reflexión sobre la importancia de recibir la palabra de Dios con reverencia y amor, basada en la Parábola del Sembrador de Mateo 13:1


Charles Spurgeon
Algún día segaremos lo que hemos sembrado
Artículo de Charles Spurgeon sobre la importancia de hacer el bien sin esperar recompensa inmediata y confiar en la promesa de Dios.


Juan 4:38 - Referencia Cruzada

En aquellos días llegó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: (Mateo 3:1)
Así que los que habían sido esparcidos iban predicando (anunciando las buenas nuevas de) la palabra. (Hechos 8:4)
Con todo, les envié a todos Mis siervos los profetas repetidas veces, diciéndoles: "No hagan ahora esta cosa abominable que Yo aborrezco." (Jeremías 44:4)
Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, (Hechos 8:14)
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas (personas). (Hechos 2:41)
Y la palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Jerusalén, y muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. (Hechos 6:7)
Pero, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Miren, los que usan ropas finas están en los palacios de los reyes. (Mateo 11:8)
Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio (las buenas nuevas) del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. (Mateo 4:23)
Este vino como testigo para testificar de la Luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. (Juan 1:7)
Pero muchos de los que habían oído el mensaje (la palabra) creyeron, llegando el número de los hombres como a 5,000. (Hechos 4:4)
Y más y más creyentes en el Señor, multitud de hombres y de mujeres, se añadían constantemente al número de ellos , (Hechos 5:14)
El SEÑOR, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque El tenía compasión de Su pueblo y de Su morada. (2 Crónicas 36:15)
Y nos mandó predicar al pueblo, y testificar con toda solemnidad que este Jesús es el que Dios ha designado como Juez de los vivos y de los muertos. (Hechos 10:42)
procurando saber qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían. (1 Pedro 1:11)
La congregación (La multitud) de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. (Hechos 4:32)
Ustedes saben lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó, (Hechos 10:37)