Vendan sus posesiones y den limosnas; háganse bolsas que no se deterioran, un tesoro en los cielos que no se agota, donde no se acerca ningún ladrón ni la polilla destruye.
(Lucas 12:33)Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón.
(Lucas 12:34)Estén siempre preparados y mantengan las lámparas encendidas,
(Lucas 12:35)y sean semejantes a hombres que esperan a su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como llegue y llame.
Dichosos aquellos siervos a quienes el señor, al venir, halle velando; en verdad les digo que se ceñirá para servir , y los sentará a la mesa, y acercándose, les servirá.
(Lucas 12:37)Y ya sea que venga en la segunda vigilia (9 p.m. a medianoche), o aun en la tercera (medianoche a 3 a.m.), y los halla así, dichosos son aquellos siervos.
(Lucas 12:38)Ustedes pueden estar seguros de que si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora iba a venir el ladrón, no hubiera permitido que entrara en su casa.
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Lucas 12:36 - Referencia Cruzada
Yo estoy a la puerta y llamo; si alguien oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.
(Apocalipsis 3:20)Yo me levanté para abrir a mi amado; Y mis manos destilaron mirra, Y mis dedos mirra líquida, Sobre las manecillas de la cerradura.
(Cantares 5:5)Bueno es el SEÑOR para los que en El esperan, Para el alma que Lo busca.
(Lamentaciones 3:25)Por tanto, velen (estén alerta), porque no saben en qué día viene su Señor.
(Mateo 24:42)Desde la antigüedad no habían escuchado ni puesto atención, Ni el ojo había visto a un Dios fuera de Ti Que obrara a favor del que esperaba en El.
(Isaías 64:4)Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio.
(Mateo 25:1)Por tanto, hermanos, sean pacientes hasta la venida del Señor. Miren cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía.
(Santiago 5:7)También considero justo, mientras esté en este cuerpo (en esta morada), estimularlos recordándoles estas cosas,
(2 Pedro 1:13)Jesús comenzó a hablarles otra vez en parábolas, diciendo:
(Mateo 22:1)Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él.
(Lucas 2:25)Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados, asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta.
(Marcus 13:34)Pero ustedes, amados, edificándose en su santísima fe, orando en el Espíritu Santo,
(Judas 1:20)