Vende todo lo que posees
Samuel Acevedo(Audio: Español)
RESUMEN:
El pastor destaca que la economía de Dios es diferente a la economía del mundo, y que para entrar en ella, es necesario vender todo lo que se posee. El texto de Marcos 10 habla sobre el encuentro entre Jesús y un joven rico que le pregunta cómo heredar la vida eterna. El joven tenía juventud, autoridad y riqueza, pero aún así se sentía vacío. Jesús le pregunta acerca de los mandamientos y el joven responde que los cumple, pero aún así no se siente completo. Jesús le aconseja vender todo lo que tiene y seguirlo, pero el joven se va triste. El pastor destaca que la belleza de Jesús atrae a la gente y que, aunque la sociedad valora la juventud, autoridad y riqueza, éstas no llenan el vacío en nuestras vidas. El pastor alienta a buscar a Jesús para encontrar la plenitud de la vida.
El predicador habla sobre el precio que debemos pagar para seguir a Cristo y cómo nuestras posesiones pueden ser un obstáculo para seguirlo. Dice que todos poseemos cosas físicas, intangibles y personas en nuestras vidas, y que muchas veces nos cuesta venderlas para seguir a Dios. Sin embargo, el precio a pagar no cambia y el Señor nos promete bendiciones si lo seguimos. También dice que no importa cuánto tiempo llevemos en la iglesia, si no estamos listos para pagar el precio, el Señor esperará hasta que estemos listos. Finalmente, menciona un contrato que un hermano de la iglesia escribió entre Dios y él, sellando su entrega completa a Dios.
El pastor habla sobre la importancia de entregar todas nuestras posesiones y vidas a Dios, confiando en él y renunciando a todo lo que nos limita. Invita a los miembros de la congregación a firmar un pergamino simbólico y a entregar sus posesiones al altar. Termina con una oración para aquellos que quieren entregar su vida a Dios por primera vez.Marcos Capítulo 10. Hermanos, mientras buscamos ese texto, no se si ustedes han notado que nuestro pastor ha estado trayendo una serie de mensajes que enfatizan entre otros temas algo que francamente yo he oído al Señor y yo he oído al Señor en mi espíritu una y otra vez. El Señor me ha estado redarguyendo con este mensaje. Yo le doy gracias al Señor por esta serie que está trayendo el pastor y está influyendo no solamente la manera en que vivo, también en la manera que trabajo en centro de recursos académicos. Está aún perneando la manera en que trato con el mundo que rodea la congregación León de Judá y la obra de Dios en nuestros medios.
Y yo creo que uno de estos temas, el que más me agarra, es este: hermanos, la economía de Dios es distinta a la economía del mundo. La economía de Dios es distinta a la economía del mundo. En la economía de Dios uno gana aunque lo pierda todo. Amen. En la economía de Dios los hijos de Dios son prosperados y sus necesidades son atendidas aún cuando en el mundo hay escasez y ansiedad. En la economía de Dios, mis hermanos, podemos dormir tranquilos sabiendo que nuestros tesoros están seguros en el cielo aún cuando en el mundo los tesoros están expuestos al ladrón, a la polilla y al descuido. Y la pregunta clave hermanos en esta mañana es cómo entramos en la economía de Dios, cómo entramos a esa vida de contentamiento, de prosperidad, de unción, de discernimiento, de confianza, ese mundo que permite que como Jesús durmamos tranquilos en la barca aún cuando hay una tempestad a nuestro alrededor. ¿Cómo entra uno a este mundo?