Nueva Biblia Latinoamericana
Rasguen su corazón y no sus vestidos." Vuelvan ahora al SEÑOR su Dios, Porque El es compasivo y clemente, Lento para la ira, abundante en misericordia, Y se arrepiente de infligir el mal. (Joel 2:13)
¿Quién sabe si reconsidere y se apiade, Y deje tras sí bendición, Es decir, ofrenda de cereal y libación Para el SEÑOR su Dios? (Joel 2:14)
Toquen trompeta en Sion, Promulguen ayuno, convoquen asamblea. (Joel 2:15)
Reúnan al pueblo, santifiquen la asamblea, Congreguen a los ancianos, Reúnan a los pequeños y a los niños de pecho. Salga el novio de su aposento Y la novia de su alcoba.
Entre el pórtico y el altar, Lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, Y digan: "Perdona, oh SEÑOR, a Tu pueblo, Y no entregues Tu heredad al oprobio, A la burla entre las naciones. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: 'Dónde está su Dios?'" (Joel 2:17)
Entonces el SEÑOR se llenará de celo por Su tierra, Y tendrá piedad de Su pueblo. (Joel 2:18)
El SEÑOR responderá a Su pueblo: "Yo les enviaré grano, vino nuevo y aceite, Y se saciarán de ello, Y nunca más los entregaré al oprobio entre las naciones. (Joel 2:19)

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Joel 2:16 - Referencia Cruzada

El SEÑOR dijo también a Moisés: "Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que laven sus vestidos. (Éxodo 19:10)
Entonces les dijo: "Oiganme, Levitas. Santifíquense ahora, y santifiquen la casa del SEÑOR, Dios de sus padres, y saquen lo inmundo del lugar santo. (2 Crónicas 29:5)
Promulguen ayuno, Convoquen asamblea; Congreguen a los ancianos Y a todos los habitantes de la tierra En la casa del SEÑOR su Dios, Y clamen al SEÑOR. (Joel 1:14)
Y éste, como un esposo que sale de su alcoba, Se regocija como hombre fuerte al correr su carrera. (Salmos 19:5)
Todo Judá estaba de pie delante del SEÑOR, con sus niños, sus mujeres y sus hijos. (2 Crónicas 20:13)
Ahora pues, maten los animales de la Pascua, santifíquense y hagan las preparaciones para que sus hermanos hagan conforme a la palabra del SEÑOR dada por Moisés." (2 Crónicas 35:6)
Y él respondió: "En paz. He venido a ofrecer sacrificio al SEÑOR. Conságrense y vengan conmigo al sacrificio." Samuel consagró también a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio. (1 Samuel 16:5)
a todo el que prepare su corazón para buscar a Dios el SEÑOR, Dios de sus padres, aunque no lo haga conforme a los ritos de purificación del santuario." (2 Crónicas 30:19)
En aquel día habrá gran lamentación en Jerusalén, como la lamentación de Hadad Rimón en la llanura de Meguido. (Zacarías 12:11)
No se priven el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicarse a la oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de dominio propio. (1 Corintios 7:5)
Entonces Moisés dijo al pueblo: "Estén preparados para el tercer día. No se acerquen a mujer." (Éxodo 19:15)
Y mandó proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes: "Ni hombre ni animales, ni buey ni oveja prueben cosa alguna. No dejen que pasten o beban agua. (Jonás 3:7)
Levántate, consagra al pueblo y di: 'Conságrense para mañana, porque así ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel: "Hay anatema en medio de ti, oh Israel. No podrás hacer frente a tus enemigos hasta que quiten el anatema de en medio de ustedes." (Josué 7:13)
También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan al SEÑOR, no sea que el SEÑOR irrumpa contra ellos." (Éxodo 19:22)
Y Jesús les respondió: "¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán. (Mateo 9:15)
Después trajeron los machos cabríos de la ofrenda por el pecado del rey y de la asamblea, y pusieron sus manos sobre ellos. (2 Crónicas 29:23)
Porque había muchos en la asamblea que no se habían santificado; por eso los Levitas estaban encargados de la matanza de los corderos de la Pascua por todos los que estaban inmundos, para santificarlos al SEÑOR. (2 Crónicas 30:17)
Cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: "Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones." Job siempre hacía así. (Job 1:5)
Hoy están todos ustedes en presencia del SEÑOR su Dios: sus jefes, sus tribus, sus ancianos y sus oficiales, todos los hombres de Israel, (Deuteronomio 29:10)