Nueva Biblia Latinoamericana
El sonido de la trompeta aumentaba más y más. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. (Éxodo 19:19)
El SEÑOR descendió a la cumbre del Monte Sinaí. Entonces el SEÑOR llamó a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. (Éxodo 19:20)
Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Desciende, advierte al pueblo, no sea que traspasen los límites para ver al SEÑOR y perezcan muchos de ellos. (Éxodo 19:21)
También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan al SEÑOR, no sea que el SEÑOR irrumpa contra ellos."
Y Moisés dijo al SEÑOR: "El pueblo no puede subir al Monte Sinaí, porque Tú nos advertiste: 'Pon límites alrededor del monte y santifícalo.'" (Éxodo 19:23)
Entonces el SEÑOR le dijo: "Ve, desciende, y vuelve a subir, tú y Aarón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir al SEÑOR, no sea que El se lance contra ellos." (Éxodo 19:24)
Descendió, pues, Moisés y advirtió al pueblo. (Éxodo 19:25)

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Éxodo 19:22 - Referencia Cruzada

Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano para sostener el arca, porque los bueyes casi la volcaron. (1 Crónicas 13:9)
Y envió jóvenes Israelitas, que ofrecieron holocaustos y sacrificaron novillos como ofrendas de paz al SEÑOR. (Éxodo 24:5)
Puesto que ustedes no la llevaron la primera vez, el SEÑOR nuestro Dios estalló en ira contra nosotros, ya que no Lo buscamos conforme a la ordenanza." (1 Crónicas 15:13)
Pero cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió la mano hacia el arca de Dios, y la sostuvo porque los bueyes casi la volcaron. (2 Samuel 6:6)
porque no la habían podido celebrar a su debido tiempo, pues los sacerdotes no se habían santificado en número suficiente, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén. (2 Crónicas 30:3)
Pues una gran multitud del pueblo, es decir, muchos de Efraín y de Manasés, de Isacar y de Zabulón, no se habían purificado; no obstante, comieron la Pascua contrario a lo escrito. Porque Ezequías oró por ellos, diciendo: "Que el buen SEÑOR perdone (2 Crónicas 30:18)
Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró; y vino un gran temor sobre todos los que lo supieron. (Hechos 5:5)
Entonces mataron los corderos de la Pascua el día catorce del mes segundo. Y los sacerdotes y los Levitas, avergonzados, se santificaron y trajeron holocaustos a la casa del SEÑOR. (2 Crónicas 30:15)
Apártense, apártense, salgan de allí, Nada inmundo toquen. Salgan de en medio de ella, purifíquense, Ustedes que llevan las vasijas del SEÑOR. (Isaías 52:11)
Y Moisés bajó del monte al pueblo, y santificó al pueblo. Después ellos lavaron sus vestidos. (Éxodo 19:14)
Ahora pues, si en verdad escuchan Mi voz y guardan Mi pacto, serán Mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra. (Éxodo 19:5)
Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre ustedes, y muchos duermen (han muerto). (1 Corintios 11:30)
Pero Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron sus respectivos incensarios, y después de poner fuego en ellos y echar incienso sobre él, ofrecieron delante del SEÑOR fuego extraño, que El no les había ordenado. (Levítico 10:1)
Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró. Al entrar los jóvenes, la hallaron muerta; entonces la sacaron y le dieron sepultura junto a su marido. (Hechos 5:10)