Nueva Biblia Latinoamericana
Y el día veinticuatro del primer mes, estando yo junto a la orilla del gran río, es decir, el Tigris, (Daniel 10:4)
alcé los ojos y miré, y había un hombre vestido de lino, cuya cintura estaba ceñida con un cinturón de oro puro de Ufaz. (Daniel 10:5)
Su cuerpo era como de berilo, su rostro tenía la apariencia de un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y pies como el brillo del bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. (Daniel 10:6)
Y sólo yo, Daniel, vi la visión. Los hombres que estaban conmigo no vieron la visión, pero un gran terror cayó sobre ellos y huyeron a esconderse.
Me quedé solo viendo esta gran visión. No me quedaron fuerzas, y mi rostro se demudó, desfigurándose, sin retener yo fuerza alguna. (Daniel 10:8)
Pero oí el sonido de sus palabras, y al oír el sonido de sus palabras, caí en un sueño profundo sobre mi rostro, con mi rostro en tierra. (Daniel 10:9)
Entonces, una mano me tocó, y me hizo temblar sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. (Daniel 10:10)

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Daniel 10:7 - Referencia Cruzada

Eliseo entonces oró, y dijo: "Oh SEÑOR, Te ruego que abras sus ojos para que vea." Y el SEÑOR abrió los ojos del criado, y miró que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo. (2 Reyes 6:17)
Hijo de hombre, come tu pan con temblor y bebe tu agua con estremecimiento y angustia. (Ezequiel 12:18)
Métete en la roca, y escóndete en el polvo Del terror del SEÑOR y del esplendor de Su majestad. (Isaías 2:10)
Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos (mudos), oyendo la voz, pero sin ver a nadie. (Hechos 9:7)
Tan terrible era el espectáculo, que Moisés dijo: "ESTOY ATERRADO Y TEMBLANDO." (Hebreos 12:21)
¿Podrá alguien esconderse en escondites De modo que Yo no lo vea?" declara el SEÑOR. "¿No lleno Yo los cielos y la tierra?" declara el SEÑOR. (Jeremías 23:24)
Los que estaban conmigo vieron la luz, ciertamente, pero no comprendieron la voz de Aquél que me hablaba. (Hechos 22:9)
Y él respondió: "Te oí en el huerto, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí." (Génesis 3:10)