Nueva Biblia Latinoamericana
Porque ustedes no se han acercado a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino, (Hebreos 12:18)
ni a sonido de trompeta, ni a ruido de palabras tal, que los que oyeron rogaron que no se les hablara más. (Hebreos 12:19)
Porque ellos no podían soportar el mandato: "SI AUN UNA BESTIA TOCA EL MONTE, SERA APEDREADA." (Hebreos 12:20)
Tan terrible era el espectáculo, que Moisés dijo: "ESTOY ATERRADO Y TEMBLANDO."
Ustedes, en cambio, se han acercado al Monte Sion y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, (Hebreos 12:22)
a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos, (Hebreos 12:23)
y a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la sangre de Abel. (Hebreos 12:24)

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Hebreos 12:21 - Referencia Cruzada

El sonido de la trompeta aumentaba más y más. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. (Éxodo 19:19)
Porque temí la ira y el furor con que el SEÑOR estaba enojado contra ustedes para destruirlos, pero el SEÑOR me escuchó también esta vez. (Deuteronomio 9:19)
Y el uno al otro daba voces, diciendo: "Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, Llena está toda la tierra de Su gloria." (Isaías 6:3)
Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un sonido tan fuerte de trompeta, que hizo temblar a todo el pueblo que estaba en el campamento. (Éxodo 19:16)
Mi carne se estremece por temor a Ti, Y de Tus juicios tengo miedo. (Salmos 119:120)
¿Cómo podrá, pues, este siervo de mi señor hablar con uno como mi señor? Porque a mí en este momento no me queda fuerza alguna, ni tampoco me queda aliento." (Daniel 10:17)
Me quedé solo viendo esta gran visión. No me quedaron fuerzas, y mi rostro se demudó, desfigurándose, sin retener yo fuerza alguna. (Daniel 10:8)
Cuando Lo vi, caí como muerto a Sus pies. Y El puso Su mano derecha sobre mí, diciendo: "No temas, Yo soy el Primero y el Ultimo, (Apocalipsis 1:17)