Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantándose apresuradamente preguntó a sus altos oficiales: "¿No eran tres los hombres que echamos atados en medio del fuego?" "Así es, oh rey," respondieron ellos. (Daniel 3:24)
¡Miren!" respondió el rey. "Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno, y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses." (Daniel 3:25)
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente y dijo: "Sadrac, Mesac y Abed Nego, siervos del Dios Altísimo, salgan y vengan acá." Entonces Sadrac, Mesac y Abed Nego salieron de en medio del fuego. (Daniel 3:26)
Y los sátrapas, los prefectos, los gobernadores y los altos oficiales del rey se reunieron para ver a estos hombres, cómo el fuego no había tenido efecto alguno sobre sus cuerpos, ni el cabello de sus cabezas se había chamuscado, ni sus mantos habían sufrido daño alguno, ni aun olor del fuego había quedado en ellos.
Entonces Nabucodonosor dijo: "Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego que ha enviado a Su ángel y ha librado a Sus siervos que, confiando en El, desobedecieron la orden del rey y entregaron sus cuerpos antes de servir y adorar a ningún otro dios excepto a su Dios. (Daniel 3:28)
Por tanto, proclamo un decreto de que todo pueblo, nación o lengua que diga blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego sea descuartizado y sus casas reducidas a escombros, ya que no hay otro dios que pueda librar de esta manera." (Daniel 3:29)
Entonces el rey hizo prosperar a Sadrac, Mesac y Abed Nego en la provincia de Babilonia. (Daniel 3:30)

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Daniel 3:27 - Referencia Cruzada

apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada. Siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. (Hebreos 11:34)
Para que sepan que sólo Tú, que Te llamas el SEÑOR, Eres el Altísimo sobre toda la tierra. (Salmos 83:18)
Den al SEÑOR, oh familias de los pueblos, Den al SEÑOR gloria y poder. (Salmos 96:7)
Oh SEÑOR, levantada está Tu mano, mas ellos no la ven. Que vean Tu celo por el pueblo y se avergüencen. Ciertamente el fuego devorará a Tus enemigos. (Isaías 26:11)
El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los Filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel, (1 Samuel 17:46)
Al ocurrir este estruendo, la multitud se juntó; y estaban desconcertados porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. (Hechos 2:6)
y serán odiados de todos por causa de Mi nombre. (Lucas 21:17)
Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, Y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, Ni la llama te abrasará. (Isaías 43:2)
Entonces estos hombres fueron atados y arrojados con sus mantos, sus túnicas, sus gorros y sus otras ropas en el horno de fuego ardiente. (Daniel 3:21)
Porque el rey entiende estas cosas, y también le hablo con confianza, porque estoy persuadido de que él no ignora nada de esto; pues esto no se ha hecho en secreto. (Hechos 26:26)
Entonces el rey Nabucodonosor mandó reunir a los sátrapas, prefectos y gobernadores, los consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y todos los gobernantes de las provincias para que vinieran a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. (Daniel 3:2)
Y hasta los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. (Mateo 10:30)
Y ahora, oh SEÑOR, Dios nuestro, líbranos, Te ruego, de su mano para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo Tú, oh SEÑOR, eres Dios." (2 Reyes 19:19)
Por eso les aconsejo que tomen alimento, porque esto es necesario para sobrevivir. Porque ni un solo cabello de la cabeza de ninguno de ustedes perecerá." (Hechos 27:34)