Tal vez ellos escuchen o dejen de escuchar, porque son una casa rebelde, sabrán que un profeta ha estado entre ellos.
(Ezequiel 2:5)Y tú, hijo de hombre, no temas; no les temas a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones. No temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde.
(Ezequiel 2:6)Les hablarás Mis palabras, escuchen o dejen de escuchar, porque son rebeldes.
(Ezequiel 2:7)Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como esa casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te voy a dar."
Entonces miré que una mano estaba extendida hacia mí, y en ella había un libro (un rollo).
(Ezequiel 2:9)El lo desenrolló delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y en él estaban escritas lamentaciones, gemidos y ayes.
(Ezequiel 2:10)Entonces El me dijo: "Hijo de hombre, come lo que tienes delante; cómete este rollo, y ve, habla a la casa de Israel."
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Ezequiel 2:8 - Referencia Cruzada
tampoco como teniendo señorío sobre los que les han sido confiados, sino demostrando ser (convirtiéndose en) ejemplos del rebaño.
(1 Pedro 5:3)Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará a la tierra que Yo he dado a los Israelitas, porque ustedes se rebelaron contra Mi orden en las aguas de Meriba.
(Números 20:24)y él le gritó al hombre de Dios que vino de Judá: "Así dice el SEÑOR: 'Porque has desobedecido el mandato del SEÑOR, y no has guardado el mandamiento que el SEÑOR tu Dios te ha ordenado,
(1 Reyes 13:21)y Moisés y Aarón reunieron al pueblo ante la peña. Y él les dijo: "Oigan, ahora, rebeldes. ¿Sacaremos agua de esta peña para ustedes?"
(Números 20:10)Entonces Moisés dijo a Aarón: "Esto es lo que el SEÑOR dijo: 'Como santo seré tratado por los que se acercan a Mí, Y en presencia de todo el pueblo seré honrado.'" Y Aarón guardó silencio.
(Levítico 10:3)No descuides el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por medio de la profecía con la imposición de manos del presbiterio.
(1 Timoteo 4:14)Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.
(Jeremías 15:16)Entonces fui al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me dijo: "Tómalo y devóralo. Te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel."
(Apocalipsis 10:9)Entonces El me dijo: "Hijo de hombre, come lo que tienes delante; cómete este rollo, y ve, habla a la casa de Israel."
(Ezequiel 3:1)Además me dijo: "Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas Mis palabras que Yo te hablo, y escúchalas atentamente.
(Ezequiel 3:10)El Señor DIOS Me ha abierto el oído; Y no fui desobediente, Ni me volví atrás.
(Isaías 50:5)