Nueva Biblia Latinoamericana
a hombres, mujeres y niños, a las hijas del rey y a toda persona que Nabuzaradán, capitán de la guardia, había dejado con Gedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán, y también al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Nerías, (Jeremías 43:6)
y entraron en la tierra de Egipto (pues no escucharon la voz del SEÑOR) y llegaron hasta Tafnes. (Jeremías 43:7)
Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías en Tafnes: (Jeremías 43:8)
Toma en tus manos piedras grandes y escóndelas en la mezcla en la terraza de ladrillo que está a la entrada del palacio de Faraón en Tafnes, a vista de los Judíos,
y diles: 'Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: "Voy a enviar que traigan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, siervo Mío, y pondré su trono sobre estas piedras que he escondido, y él extenderá su pabellón sobre ellas. (Jeremías 43:10)
Vendrá y herirá la tierra de Egipto; los que sean para la muerte, a la muerte, los que para el cautiverio, al cautiverio, y los que para la espada, a la espada. (Jeremías 43:11)
Prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto, los quemará y se llevará cautivos a sus ídolos. Y se envolverá de la tierra de Egipto como el pastor se envuelve con su capa, y saldrá de allí en paz. (Jeremías 43:12)

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Jeremías 43:9 - Referencia Cruzada

También he hablado a los profetas Y multipliqué las visiones; Y por medio de los profetas hablé en parábolas. (Oseas 12:10)
y les amargaron la vida con dura servidumbre en hacer barro y ladrillos y en toda clase de trabajo del campo. Todos sus trabajos se los imponían con rigor. (Éxodo 1:14)
quien vino a ver nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: "Así dice el Espíritu Santo: 'Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'" (Hechos 21:11)
Entonces un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó al mar, diciendo: "Así será derribada con violencia Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. (Apocalipsis 18:21)
Así dijo el SEÑOR: "Ve y compra una vasija de barro de un alfarero, y toma contigo a algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de los sacerdotes. (Jeremías 19:1)
Y en aquel tiempo, cuando Jeroboam salía de Jerusalén, el profeta Ahías el Silonita lo encontró en el camino. Ahías se había puesto un manto nuevo y los dos estaban solos en el campo. (1 Reyes 11:29)
El año en que el comandante vino a Asdod, cuando Sargón, rey de Asiria, lo envió, peleó contra Asdod y la tomó. (Isaías 20:1)
Y la gente que había en ella, la sacó y la puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y con hachas de hierro; también la puso a trabajar en los hornos de ladrillos. Así hizo a todas las ciudades de los Amonitas. Entonces regresó David con todo el pueblo a Jerusalén. (2 Samuel 12:31)
Levántate y desciende a la casa del alfarero, y allí te anunciaré Mis palabras." (Jeremías 18:2)
Abastécete de agua para el asedio, Refuerza tus fortalezas, Métete en el lodo y pisa el barro, Toma el molde de ladrillos. (Nahúm 3:14)
Y tú, hijo de hombre, prepárate el equipaje del destierro y sal al destierro de día, ante sus ojos; sal al destierro desde tu lugar a otro lugar, ante sus ojos. Quizá entiendan, aunque son una casa rebelde. (Ezequiel 12:3)
Y tan pronto termines de leer este rollo, le atarás una piedra y lo arrojarás en medio del Eufrates, (Jeremías 51:63)
Así me dijo el SEÑOR: "Ve y cómprate un cinturón de lino y póntelo en la cintura, pero no lo metas en agua." (Jeremías 13:1)
Y tú, hijo de hombre, toma una tableta de barro, ponla delante de ti y graba en ella una ciudad, Jerusalén. (Ezequiel 4:1)