Y nosotros hemos obedecido la voz de Jonadab, hijo de Recab, nuestro padre, en todo lo que él nos mandó de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas,
(Jeremías 35:8)y de no edificarnos casa en donde morar, y de no tener viña, ni campo, ni siembra.
(Jeremías 35:9)Hemos habitado solamente en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todo lo que nos mandó nuestro padre Jonadab.
(Jeremías 35:10)Pero sucedió que cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió contra la tierra, dijimos: 'Vengan y huyamos a Jerusalén ante el ejército de los Caldeos y ante el ejército de los Arameos.' Por eso habitamos en Jerusalén."
Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: 'Ve y dile a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: "¿No aprenderán a escuchar Mis palabras?" declara el SEÑOR.
(Jeremías 35:13)Las palabras de Jonadab, hijo de Recab, que mandó a sus hijos de no beber vino, son guardadas. Por eso no beben vino hasta hoy, porque han obedecido el mandato de su padre. Pero Yo he hablado a ustedes repetidas veces, con todo no Me han escuchado.
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Jeremías 35:11 - Referencia Cruzada
Pero cuando vean la ABOMINACION DE LA DESOLACION puesta donde no debe estar (el que lea, que entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes;
(Marcus 13:14)En el tercer año del reinado de Joacim, rey de Judá, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jerusalén y la sitió.
(Daniel 1:1)¿Por qué estamos aún sentados? Congréguense, y entremos en las ciudades fortificadas, Y perezcamos allí, Pues el SEÑOR nuestro Dios nos hace perecer Y nos ha dado a beber agua envenenada, Porque hemos pecado contra el SEÑOR.
(Jeremías 8:14)En los días de Joacim subió Nabucodonosor, rey de Babilonia, y Joacim fue su siervo por tres años; después se levantó y se rebeló contra él.
(2 Reyes 24:1)Pero cuando ustedes vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan entonces que su desolación está cerca.
(Lucas 21:20)Declaren en Judá y proclamen en Jerusalén, y digan: "Toquen la trompeta en la tierra; Clamen en alta voz, y digan: 'Reúnanse y entremos En las ciudades fortificadas.'
(Jeremías 4:5)