Nueva Biblia Latinoamericana
¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No médico hay allí? ¿Por qué, pues, no se ha restablecido la salud de la hija de mi pueblo? (Jeremías 8:22)
Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, Y mis ojos fuente de lágrimas, Para que yo llorara día y noche Por los muertos de la hija de mi pueblo. (Jeremías 9:1)
Quién me diera en el desierto Un albergue de caminantes, Para dejar a mi pueblo Y alejarme de ellos. Porque todos ellos son adúlteros, Una asamblea de traidores. (Jeremías 9:2)
Tensan su lengua como su arco; La mentira y no la verdad prevalece en la tierra; Porque de mal en mal proceden, Y a Mí no Me conocen," declara el SEÑOR.
Guárdese cada uno de su prójimo, Y no confíe en ningún hermano; Porque todo hermano obra con engaño, Y todo prójimo anda calumniando. (Jeremías 9:4)
Cada uno engaña a su prójimo, Y no habla la verdad, Han enseñado sus lenguas a hablar mentiras; Se afanan por cometer iniquidad. (Jeremías 9:5)
Tu morada está en medio del engaño; Por causa del engaño rehúsan conocerme," declara el SEÑOR. (Jeremías 9:6)

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¡Cuidado con los gabaonitas modernos!
La iglesia debe estar alerta a los pactos y las alianzas que aparentan ser beneficiosas pero en realidad tienen intenciones maliciosas. Es importante buscar el consejo de Dios antes de hacer cualquier pacto o promesa. Los gabaonitas de hoy son oportunistas que traen doctrinas de hombres disfrazadas de religión y aparentan piedad, pero en realidad son despiadados y seductores. La oración y la búsqueda del consejo de Dios nos librarán de compromisos sin sentido y de alianzas innecesarias que van en contra de su voluntad.


Gregory Bishop
Cuando tratan de engañarte
El pastor Gregory habla sobre la importancia de consultar a Dios antes de tomar decisiones y mantener nuestra antena espiritual puesta a través de disciplinas espirituales como la oración y la lectura de la Biblia. Además, alienta a tener un tiempo regular de comunión con Dios y a estirar los músculos espirituales a través del ayuno, viviendo por fe y no por vista.


Jeremías 9:3 - Referencia Cruzada

Así que no teman; ustedes valen más que muchos pajarillos. (Mateo 10:31)
Que afilan su lengua como espada, Y lanzan palabras amargas como flecha, (Salmos 64:3)
Defendió la causa del pobre y del necesitado; Entonces le fue bien. ¿No es esto conocerme?" declara el SEÑOR. (Jeremías 22:16)
Porque Mi pueblo es necio, No Me conoce; Hijos torpes son, No son inteligentes. Astutos son para hacer el mal, Pero no saben hacer el bien." (Jeremías 4:22)
Pero los hombres malos e impostores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. (2 Timoteo 3:13)
Cada uno engaña a su prójimo, Y no habla la verdad, Han enseñado sus lenguas a hablar mentiras; Se afanan por cometer iniquidad. (Jeremías 9:5)
Transgredir y negar al SEÑOR, Apartarse de nuestro Dios, Hablar de opresión y rebelión, Concebir y proferir en el corazón palabras mentirosas. (Isaías 59:13)
Porque las manos de ustedes están manchadas de sangre, Y sus dedos de iniquidad. Sus labios hablan mentira, Su lengua murmura maldad. (Isaías 59:3)
De ninguna manera estén atemorizados por sus adversarios, lo cual es señal de perdición para ellos, pero de salvación para ustedes, y esto, de Dios. (Filipenses 1:28)
Porque cualquiera que se avergüence de Mí y de Mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de Su Padre con los santos ángeles." (Marcus 8:38)
Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte. (Apocalipsis 12:11)
No tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciéndole: 'Conoce al SEÑOR,' porque todos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande," declara el SEÑOR, "pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado." (Jeremías 31:34)
SEPULCRO ABIERTO ES SU GARGANTA, ENGAÑAN DE CONTINUO CON SU LENGUA. VENENO DE SERPIENTES HAY BAJO SUS LABIOS; (Romanos 3:13)
Pero no Me escucharon ni inclinaron su oído, sino que fueron tercos e hicieron peor que sus padres. (Jeremías 7:26)
Para el mal las dos manos son diestras. El príncipe pide, y también el juez, una recompensa, El grande habla de lo que desea su alma, Y juntos lo traman. (Miqueas 7:3)
Pero los hijos de Elí eran hombres indignos; no conocían al SEÑOR (1 Samuel 2:12)
Tu lengua trama destrucción Como afilada navaja, oh artífice de engaño. (Salmos 52:2)
Y ésta es la vida eterna: que Te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. (Juan 17:3)
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del Judío primeramente y también del Griego. (Romanos 1:16)
en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento (la mente) de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios. (2 Corintios 4:4)
Jesús respondió: "Si Yo mismo Me glorifico, Mi gloria no es nada; es Mi Padre el que Me glorifica, de quien ustedes dicen: 'El es nuestro Dios.' (Juan 8:54)
También toda aquella generación fue reunida a sus padres. Y se levantó otra generación después de ellos que no conocía al SEÑOR, ni la obra que El había hecho por Israel. (Jueces 2:10)
Amados, por el gran empeño que tenía en escribirles acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos. (Judas 1:3)
Libra mi alma, SEÑOR, de labios mentirosos, Y de lengua engañosa. (Salmos 120:2)
Escuchen la palabra del SEÑOR, Israelitas, Porque el SEÑOR tiene querella contra los habitantes de la tierra, Pues no hay fidelidad, ni misericordia (ni lealtad), Ni conocimiento de Dios en la tierra. (Oseas 4:1)
Saeta mortífera es su lengua, Engaño habla; Con su boca habla cada uno de paz a su prójimo, Pero dentro de sí le tiende emboscada. (Jeremías 9:8)
Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen. (Romanos 1:28)