Pero el rey se regocijará en Dios; Y todo el que por El jura se gloriará, Porque la boca de los que dicen mentiras será cerrada.
(Salmos 63:11)Para el director del coro. Salmo de David. Escucha mi voz, oh Dios, en mi queja; Guarda mi vida del terror del enemigo.
(Salmos 64:1)Escóndeme de los planes secretos de los malhechores, Del asalto de los obradores de iniquidad,
(Salmos 64:2)Que afilan su lengua como espada, Y lanzan palabras amargas como flecha,
Para herir en oculto al íntegro; Lo hieren repentinamente, y no temen.
(Salmos 64:4)Se aferran en propósitos malignos; Hablan de tender trampas en secreto, Y dicen: "¿Quién las verá?"
(Salmos 64:5)Traman injusticias, diciendo: "Estamos listos con una trama bien concebida; Pues los pensamientos del hombre y su corazón son profundos."
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Salmos 64:3 - Referencia Cruzada
Tensan su lengua como su arco; La mentira y no la verdad prevalece en la tierra; Porque de mal en mal proceden, Y a Mí no Me conocen," declara el SEÑOR.
(Jeremías 9:3)Mi alma está entre leones; Tengo que acostarme entre los que vomitan fuego; Entre los hijos de los hombres, cuyos dientes son lanzas y saetas, Y cuya lengua es espada afilada.
(Salmos 57:4)Ningún arma forjada contra ti prosperará, Y condenarás toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del SEÑOR, Y su justificación procede de Mí," declara el SEÑOR.
(Isaías 54:17)Hay gente cuyos dientes son espadas, Y sus muelas cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra, Y a los menesterosos de entre los hombres.
(Proverbios 30:14)Hay quien habla sin tino como golpes de espada, Pero la lengua de los sabios sana.
(Proverbios 12:18)Que se diluyan como las aguas que corren; Cuando disparen sus flechas, que sean como si estuvieran sin punta.
(Salmos 58:7)Porque, los impíos tensan el arco, Preparan su flecha sobre la cuerda Para disparar en lo oscuro a los rectos de corazón.
(Salmos 11:2)También la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida.
(Santiago 3:6)