Nueva Biblia Latinoamericana
Por eso, vístanse de cilicio, Laméntense y giman; Porque no se ha apartado de nosotros La ardiente ira del SEÑOR." (Jeremías 4:8)
Y sucederá en aquel día," declara el SEÑOR "que fallará el corazón del rey Y el corazón de los príncipes; Se quedarán atónitos los sacerdotes Y los profetas se pasmarán." (Jeremías 4:9)
Entonces dije: "¡Ah, Señor DIOS! Ciertamente has engañado en gran manera a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: 'Paz tendrán,' cuando tienen la espada al cuello." (Jeremías 4:10)
En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: "Un viento abrasador de las alturas desoladas del desierto, en dirección a la hija de Mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar,
un viento demasiado fuerte para esto, vendrá a Mi mandato. Ahora Yo pronunciaré juicios contra ellos. (Jeremías 4:12)
Miren, él sube como las nubes, Y sus carros como un torbellino; Sus caballos son más ligeros que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque estamos perdidos!" (Jeremías 4:13)
Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, Para que seas salvada. ¿Hasta cuándo morarán dentro de ti Pensamientos perversos? (Jeremías 4:14)

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Jeremías 4:11 - Referencia Cruzada

Los aventarás, el viento se los llevará, Y la tempestad los dispersará. Pero tú te regocijarás en el SEÑOR, En el Santo de Israel te gloriarás. (Isaías 41:16)
Todos nosotros somos como el inmundo, Y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas. Todos nos marchitamos como una hoja, Y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. (Isaías 64:6)
Aun los chacales dan las ubres, Dan de mamar a sus crías; Pero la hija de mi pueblo (Jerusalén) se ha vuelto cruel Como los avestruces en el desierto. (Lamentaciones 4:3)
El bieldo está en Su mano para limpiar completamente Su era y recoger el trigo en Su granero; pero quemará la paja en un fuego que no se apaga." (Lucas 3:17)
Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, Y mis ojos fuente de lágrimas, Para que yo llorara día y noche Por los muertos de la hija de mi pueblo. (Jeremías 9:1)
La iniquidad de la hija de mi pueblo Es mayor que el pecado de Sodoma, Que fue derribada en un instante Sin que manos actuaran contra ella. (Lamentaciones 4:6)
La tempestad del SEÑOR Ha salido con furor; Una tempestad devastadora Descargará sobre la cabeza de los malvados. (Jeremías 30:23)
El bieldo está en Su mano y limpiará completamente Su era; y recogerá Su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que no se apaga." (Mateo 3:12)
Así dice el SEÑOR: "Levanto contra Babilonia Y contra los habitantes de Leb Camay (Caldea) El espíritu de un destructor. (Jeremías 51:1)
Por tanto, serán como niebla de la mañana, Y como rocío que pronto desaparece, Como paja aventada de la era, Y como humo de chimenea. (Oseas 13:3)
Por tanto, así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Los refinaré y los probaré, Porque ¿qué más puedo hacer con la hija de Mi pueblo? (Jeremías 9:7)
La tempestad del SEÑOR ha salido con furor, Un torbellino impetuoso Descargará sobre la cabeza de los impíos. (Jeremías 23:19)
Mis ojos se consumen por las lágrimas, Hierven mis entrañas; Mi hiel se derrama por tierra, A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén), Cuando niños y lactantes desfallecen En las calles de la ciudad. (Lamentaciones 2:11)
Por tanto digo: 'Aparten de mí la mirada, Déjenme llorar amargamente. No traten de consolarme por la destrucción de la hija de mi pueblo'. (Isaías 22:4)
Luchaste con él desterrándolo, expulsándolo. Con Su soplo violento El lo expulsó en el día del viento del este. (Isaías 27:8)
Arroyos de lágrimas derraman mis ojos A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén). (Lamentaciones 3:48)
Tú les dirás esta palabra: 'Que viertan lágrimas mis ojos noche y día, Sin cesar, Porque con gran quebranto ha sido quebrantada la virgen hija de mi pueblo, De una herida muy dolorosa. (Jeremías 14:17)
Las manos de mujeres compasivas Cocieron a sus propios hijos, Que les sirvieron de comida A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén). (Lamentaciones 4:10)
Aunque él florezca entre los juncos, Vendrá el viento solano (del este), Viento del SEÑOR que sube del desierto, Su fuente se secará Y su manantial se agotará; Despojará su tesoro de todos los objetos preciosos. (Oseas 13:15)
Pero fue arrancada con furor, Derribada a tierra, Y el viento del este secó su fruto; Su rama fuerte fue quebrada Y se secó; El fuego la consumió. (Ezequiel 19:12)
La voz del clamor de la hija de mi pueblo desde una tierra lejana es esta: "¿No está el SEÑOR en Sion? ¿No está su rey en ella?" "¿Por qué Me han provocado con sus imágenes talladas, con ídolos extranjeros?" (Jeremías 8:19)
Aunque está plantada, ¿prosperará? Cuando el viento del este la azote, ¿no se secará totalmente? En los surcos donde creció se secará."'" (Ezequiel 17:10)