Nueva Biblia Latinoamericana
Los perseguirás con ira y los destruirás De debajo de los cielos del SEÑOR. (Lamentaciones 3:66)
¡Cómo se ha ennegrecido el oro, Cómo ha cambiado el oro puro! Esparcidas están las piedras sagradas Por las esquinas de todas las calles. (Lamentaciones 4:1)
Los hijos preciados de Sion, Que valían su peso en oro puro, ¡Cómo son tenidos por vasijas de barro, Obra de manos de alfarero! (Lamentaciones 4:2)
Aun los chacales dan las ubres, Dan de mamar a sus crías; Pero la hija de mi pueblo (Jerusalén) se ha vuelto cruel Como los avestruces en el desierto.
La lengua del niño de pecho se le pega Al paladar por la sed; Los pequeños piden pan, Pero no hay quien se lo reparta. (Lamentaciones 4:4)
Los que comían manjares Andan desolados por las calles; Los que se criaron entre púrpura Abrazan cenizales. (Lamentaciones 4:5)
La iniquidad de la hija de mi pueblo Es mayor que el pecado de Sodoma, Que fue derribada en un instante Sin que manos actuaran contra ella. (Lamentaciones 4:6)

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Lamentaciones 4:3 - Referencia Cruzada

Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su prójimo durante el sitio y en la aflicción con que los afligirán sus enemigos y los que buscan su vida."' (Jeremías 19:9)
Las manos de mujeres compasivas Cocieron a sus propios hijos, Que les sirvieron de comida A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén). (Lamentaciones 4:10)
Pasando el rey de Israel por la muralla, una mujer le gritó, diciendo: "¡Ayúdeme, oh rey señor mío!" (2 Reyes 6:26)
Baten alegres las alas del avestruz, ¿Acaso con el ala y plumaje del amor? (Job 39:13)
Y esa nación te pondrá sitio en todas tus ciudades, hasta que tus muros altos y fortificados en los cuales tú confiabas caigan por toda tu tierra; y te sitiará en todas tus ciudades, por toda la tierra que el SEÑOR tu Dios te ha dado. (Deuteronomio 28:52)
sin entendimiento, indignos de confianza (desleales), sin amor, despiadados. (Romanos 1:31)
Pero Jesús, volviéndose a ellas, dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por Mí; lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos. (Lucas 23:28)
Por eso, los padres se comerán a sus hijos en medio de ti, y los hijos se comerán a sus padres; ejecutaré juicios en ti y esparciré cuantos te queden a todos los vientos. (Ezequiel 5:10)
Mira, oh SEÑOR, y observa: ¿A quién has tratado así? ¿Habían de comerse las mujeres el fruto de sus entrañas , A los pequeños criados con cariño? ¿Habían de ser muertos en el santuario del Señor El sacerdote y el profeta? (Lamentaciones 2:20)
Comerán la carne de sus hijos, y la carne de sus hijas comerán. (Levítico 26:29)
¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, Sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvidara, Yo no te olvidaré. (Isaías 49:15)