Nueva Biblia Latinoamericana
Declaren en Judá y proclamen en Jerusalén, y digan: "Toquen la trompeta en la tierra; Clamen en alta voz, y digan: 'Reúnanse y entremos En las ciudades fortificadas.' (Jeremías 4:5)
Levanten bandera hacia Sion; Busquen refugio, no se detengan; Porque traigo del norte la calamidad, Una gran destrucción. (Jeremías 4:6)
Ha salido el león de la espesura, Y el destructor de naciones se ha puesto en marcha; Ha salido de su lugar Para convertir tu tierra en desolación. Tus ciudades quedarán en ruinas, sin habitantes. (Jeremías 4:7)
Por eso, vístanse de cilicio, Laméntense y giman; Porque no se ha apartado de nosotros La ardiente ira del SEÑOR."
Y sucederá en aquel día," declara el SEÑOR "que fallará el corazón del rey Y el corazón de los príncipes; Se quedarán atónitos los sacerdotes Y los profetas se pasmarán." (Jeremías 4:9)
Entonces dije: "¡Ah, Señor DIOS! Ciertamente has engañado en gran manera a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: 'Paz tendrán,' cuando tienen la espada al cuello." (Jeremías 4:10)
En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: "Un viento abrasador de las alturas desoladas del desierto, en dirección a la hija de Mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar, (Jeremías 4:11)

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Jeremías 4:8 - Referencia Cruzada

Por esta causa se ha encendido la ira del SEÑOR contra Su pueblo, Y ha extendido Su mano contra ellos y los ha herido. Los montes temblaron y sus cadáveres yacen como desecho en medio de las calles. Con todo esto, no se ha agotado Su ira, Y aún está extendida Su mano. (Isaías 5:25)
Por eso aquel día, el Señor, DIOS de los ejércitos, los llamó a llanto y a lamento, A raparse la cabeza y a vestirse de cilicio. (Isaías 22:12)
La ardiente ira del SEÑOR no se aplacará Hasta que haya hecho y cumplido Los propósitos de Su corazón. En los postreros días ustedes entenderán esto. (Jeremías 30:24)
Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Toma a todos los jefes del pueblo y ejecútalos delante del SEÑOR a plena luz del día, para que se aparte de Israel la ardiente ira del SEÑOR." (Números 25:4)
Tiemblen, mujeres perezosas; Contúrbense, hijas confiadas. Desvístanse, desnúdense, y cíñanse cilicio en la cintura. (Isaías 32:11)
Hijo de hombre, profetiza y di: 'Así dice el Señor DIOS: "Giman: '¡Ay de aquel día!' (Ezequiel 30:2)
Por eso no se complace el Señor en sus jóvenes, Ni se compadece de sus huérfanos ni de sus viudas. Porque todos ellos son impíos y malhechores, Y toda boca habla necedades. Con todo eso no se aparta Su ira, Y aún está Su mano extendida. (Isaías 9:17)
Manasés devora a Efraín, y Efraín a Manasés, Y ambos están contra Judá. Con todo eso, no se ha apartado Su ira, Y aún está Su mano extendida. (Isaías 9:21)
Han subido al templo y a Dibón, a los lugares altos a llorar. Sobre Nebo y sobre Medeba gime Moab; En todas sus cabezas, calvicie; toda barba, rasurada. (Isaías 15:2)
Los Arameos en el oriente y los Filisteos en el occidente, Que devoran a Israel a boca llena. Con todo eso no se aparta Su ira, Y aún está Su mano extendida. (Isaías 9:12)
Aun ahora," declara el SEÑOR "vuelvan a Mí de todo corazón, Con ayuno, llanto y lamento. (Joel 2:12)
Entonces cambiaré sus fiestas en llanto Y todos sus cantos en lamento. Pondré cilicio sobre todo lomo Y calvicie sobre toda cabeza. Haré que sea como duelo por hijo único, Y su fin, como día de amargura. (Amós 8:10)
Avergonzada está Moab porque ha sido destrozada. Den gemidos y clamen; Anuncien junto al Arnón Que Moab ha sido destruida. (Jeremías 48:20)
Giman, porque cerca está el día del SEÑOR; Vendrá como destrucción del Todopoderoso (Shaddai). (Isaías 13:6)
Envió sobre ellos el ardor de Su ira, Furia, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores. (Salmos 78:49)
Clama y gime, hijo de hombre, Porque ella está contra Mi pueblo, Está contra todos los príncipes de Israel; Ellos son entregados a la espada junto con Mi pueblo; Por tanto, golpéate el muslo. (Ezequiel 21:12)
Sólo queda encorvarse entre los cautivos O caer entre los muertos. Con todo eso, no se aparta Su ira, Y aún está Su mano extendida. (Isaías 10:4)
Hija de mi pueblo, cíñete el cilicio Y revuélcate en ceniza. Haz duelo como por hijo único, Lamento de gran amargura, Porque de pronto el destructor Vendrá sobre nosotros. (Jeremías 6:26)