Nueva Biblia Latinoamericana
Pero el SEÑOR me dijo: "No digas: 'Soy joven,' Porque adondequiera que te envíe, irás, Y todo lo que te mande, dirás. (Jeremías 1:7)
No tengas temor ante ellos, Porque contigo estoy para librarte," declara el SEÑOR. (Jeremías 1:8)
Entonces el SEÑOR extendió Su mano y tocó mi boca. Y el SEÑOR me dijo: "Yo he puesto Mis palabras en tu boca. (Jeremías 1:9)
Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, Para arrancar y para derribar, Para destruir y para derrocar, Para edificar y para plantar."
Vino entonces a mí la palabra del SEÑOR: "¿Qué ves tú, Jeremías?" "Veo una vara de almendro," respondí. (Jeremías 1:11)
Bien has visto," me dijo el SEÑOR, "porque Yo velo sobre Mi palabra para cumplirla." (Jeremías 1:12)
Por segunda vez vino a mí la palabra del SEÑOR: "¿Qué ves tú?" "Veo una olla hirviendo que se vuelca desde el norte," respondí. (Jeremías 1:13)

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Jeremías 1:10 - Referencia Cruzada

En aquel día levantaré el tabernáculo caído de David, Repararé sus brechas, Levantaré sus ruinas, Y lo reedificaré como en el tiempo pasado, (Amós 9:11)
Y las naciones que quedan a su alrededor sabrán que Yo, el SEÑOR, he reedificado los lugares en ruinas y plantado lo que estaba desolado. Yo, el SEÑOR, he hablado y lo haré." (Ezequiel 36:36)
Al que escape de la espada de Hazael, Jehú lo matará, y al que escape de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. (1 Reyes 19:17)
En un momento Yo puedo hablar contra una nación o contra un reino, de arrancar, de derribar y de destruir; (Jeremías 18:7)
Tenía el aspecto de la visión que vi, como la visión que había visto cuando El vino a destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que yo había visto junto al río Quebar. Entonces me postré sobre mi rostro. (Ezequiel 43:3)
Yo soy el que confirmo la palabra de Su siervo, Y cumplo el propósito de Sus mensajeros; El que dice de Jerusalén: 'Será habitada'; Y de las ciudades de Judá: 'Serán reedificadas, Y sus ruinas levantaré.' (Isaías 44:26)
Y como velé sobre ellos para arrancar y para derribar, para derrocar para destruir y para traer calamidad, así velaré sobre ellos para edificar y para plantar," declara el SEÑOR. (Jeremías 31:28)
Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; (2 Corintios 10:4)
Ciertamente el Señor DIOS no hace nada Sin revelar Su secreto A Sus siervos los profetas. (Amós 3:7)
Lo que vino como palabra del SEÑOR al profeta Jeremías acerca de las naciones. (Jeremías 46:1)
Entonces vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer guerra contra Aquél que iba montado en el caballo blanco y contra Su ejército. (Apocalipsis 19:19)
Hijo de hombre, laméntate por la multitud de Egipto, hazla descender, con las hijas de las naciones poderosas, a las profundidades de la tierra, con los que descienden a la fosa; (Ezequiel 32:18)
Elías el Tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: "Vive el SEÑOR, Dios de Israel, delante de quien estoy, que ciertamente no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por la palabra de mi boca." (1 Reyes 17:1)
¿Acaso no alcanzaron a sus padres Mis palabras y Mis estatutos que Yo ordené a Mis siervos los profetas? Por eso se arrepintieron y dijeron: 'Como el SEÑOR de los ejércitos se propuso hacer con nosotros conforme a nuestros caminos y conforme a nuestras obras, así ha hecho con nosotros.'"'" (Zacarías 1:6)
Porque pondré Mis ojos sobre ellos para bien, y los traeré de nuevo a esta tierra; los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré. (Jeremías 24:6)
Porque así me ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel: "Toma de Mi mano esta copa del vino del furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales Yo te envío. (Jeremías 25:15)
Así me ha dicho el SEÑOR: "Hazte coyundas y yugos y póntelos al cuello, (Jeremías 27:2)
De nuevo te edificaré, y serás reedificada, Virgen de Israel; De nuevo tomarás tus panderos, Y saldrás a las danzas con los que se divierten. (Jeremías 31:4)
Otorgaré autoridad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por 1,260 días, vestidos de cilicio." (Apocalipsis 11:3)