Nueva Biblia Latinoamericana
Mi amado es mío, y yo soy suya; él apacienta su rebaño entre los lirios. (Cantares 2:16)
Hasta que sople la brisa del día y huyan las sombras, Vuelve, amado mío, y sé semejante a una gacela O a un cervatillo sobre los montes de Beter." (Cantares 2:17)
En mi lecho, por las noches, he buscado Al que ama mi alma; Lo busqué, pero no lo hallé. (Cantares 3:1)
Me levantaré ahora, y andaré por la ciudad; Por las calles y por las plazas Buscaré al que ama mi alma.' Lo busqué, pero no lo hallé.
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, Y les dije: '¿Han visto al que ama mi alma?' (Cantares 3:3)
Apenas los había pasado Cuando hallé al que ama mi alma; Lo agarré y no quise soltarlo, Hasta que lo llevé a la casa de mi madre Y a la alcoba de la que me concibió." (Cantares 3:4)
Yo les ruego, oh hijas de Jerusalén, Por las gacelas o por las ciervas del campo, Que no levanten ni despierten a mi amor, Hasta que quiera." (Cantares 3:5)

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Cantares 3:2 - Referencia Cruzada

Ya que Tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo? (Salmos 43:2)
Un abismo llama a otro abismo a la voz de Tus cascadas; Todas Tus ondas y Tus olas han pasado sobre mí. (Salmos 42:7)
En la cima de las alturas, junto al camino, Donde cruzan las sendas, se coloca; (Proverbios 8:2)
Por esta razón dice: "Despierta, tú que duermes, Y levántate de entre los muertos, Y te alumbrará Cristo." (Efesios 5:14)
Entonces vino Jesús a los discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: "¿Conque no pudieron velar una hora junto a Mí? (Mateo 26:40)
Y no hay quien invoque Tu nombre, Quien se despierte para agarrarse de Ti. Porque has escondido Tu rostro de nosotros Y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades. (Isaías 64:7)
Y hagan todo esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertarse del sueño. Porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando creímos. (Romanos 13:11)
Yo me levanté para abrir a mi amado; Y mis manos destilaron mirra, Y mis dedos mirra líquida, Sobre las manecillas de la cerradura. (Cantares 5:5)
Cuando el siervo regresó, informó de todo esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: 'Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos.' (Lucas 14:21)
Recorran las calles de Jerusalén, Y miren ahora, e infórmense; Busquen en sus plazas, A ver si hallan algún hombre, Si hay quien haga justicia, que busque la verdad, Y Yo la perdonaré. (Jeremías 5:1)
Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas día a día, Aguardando en los postes de mi entrada. (Proverbios 8:34)
Para el director del coro; sobre ajelet Hasahar. Salmo de David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor? (Salmos 22:1)
Vino al mundo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan. (Juan 1:6)
¿Rechazará el Señor para siempre? ¿No mostrará más Su favor? (Salmos 77:7)
Sean sobrios, como conviene, y dejen de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Para vergüenza de ustedes lo digo. (1 Corintios 15:34)
La sabiduría clama en la calle, En las plazas alza su voz; (Proverbios 1:20)