Nueva Biblia Latinoamericana
Quita de mí el oprobio que me causa temor, Porque Tus juicios son buenos. (Salmos 119:39)
Yo anhelo Tus preceptos; Vivifícame por Tu justicia. (Salmos 119:40)
Vav. Venga también a mí Tu misericordia, oh SEÑOR, Tu salvación, conforme a Tu palabra. (Salmos 119:41)
Así tendré respuesta para el que me afrenta, Pues confío en Tu palabra.
No quites jamás de mi boca la palabra de verdad, Porque yo espero en Tus ordenanzas. (Salmos 119:43)
Así que guardaré continuamente Tu ley, Para siempre y eternamente. (Salmos 119:44)
Y andaré en libertad, Porque busco Tus preceptos. (Salmos 119:45)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 119:42":

Dr. Roberto Miranda
Espera al Señor pacientemente
Aprende a esperar pacientemente en Dios y mantener tu fe y confianza en Él, a pesar de las pruebas y dificultades que enfrentes. Sé fiel a Él y otros verán tu testimonio y confiarán en Dios.


Charles Spurgeon
Personas favorecidas
En este artículo, Charles Spurgeon reflexiona sobre la importancia de tener un corazón recto para poder disfrutar del favor de Dios y la comunión con Él. El salmista anhela vivir en la presencia de Dios y bendecir siempre su nombre, incluso en momentos difíciles. Spurgeon nos invita a buscar la rectitud y la integridad en todas las cosas para poder disfrutar de la presencia y el favor de Dios.


Salmos 119:42 - Referencia Cruzada

Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Para que yo responda al que me afrenta. (Proverbios 27:11)
Por tanto, tengan buen ánimo amigos, porque yo confío en Dios, que acontecerá exactamente como se me dijo. (Hechos 27:25)
Caf. Mi alma desfallece por Tu salvación; En Tu palabra espero. (Salmos 119:81)
y le dijeron: "Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: 'Después de tres días resucitaré.' (Mateo 27:63)
Porque mis enemigos han hablado de mí; Y los que acechan mi vida han consultado entre sí, (Salmos 71:10)
Que los que Te temen, me vean y se alegren, Porque espero en Tu palabra. (Salmos 119:74)
Muchos dicen de mi: "Para él no hay salvación en Dios." (Selah) (Salmos 3:2)
Una vez hablaste en visión a Tus santos, Y dijiste: "He ayudado a un poderoso; He exaltado a uno escogido de entre el pueblo. (Salmos 89:19)
Como quien quebranta mis huesos, mis adversarios me afrentan, Mientras me dicen todo el día: "¿Dónde está tu Dios?" (Salmos 42:10)
Y seguían cruzando el vado para pasar a toda la casa del rey, y hacer lo que le pareciera bien. Y Simei, hijo de Gera, se postró ante el rey cuando éste iba a pasar el Jordán. (2 Samuel 19:18)
Pero Dios me dijo: 'No edificarás casa a Mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.' (1 Crónicas 28:3)
Cuando tus días se cumplan y reposes con tus padres, levantaré a tu descendiente después de ti, el cual saldrá de tus entrañas, y estableceré su reino. (2 Samuel 7:12)
En Dios, cuya palabra alabo, En Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? (Salmos 56:4)
En Dios, cuya palabra alabo, En el SEÑOR, cuya palabra honro; (Salmos 56:10)
Zain. Acuérdate de la palabra dada a Tu siervo, En la cual me has hecho esperar. (Salmos 119:49)
Así decía Simei mientras maldecía: "¡Fuera, fuera, hombre sanguinario e indigno! (2 Samuel 16:7)
Me he convertido también en objeto de oprobio para ellos; Cuando me ven, menean la cabeza. (Salmos 109:25)
y diciendo: "Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a Ti mismo. Si Tú eres el Hijo de Dios, desciende de la cruz." (Mateo 27:40)