Nueva Biblia Latinoamericana
También amaba la maldición, y ésta vino sobre él; No se deleitó en la bendición, y ella se alejó de él. (Salmos 109:17)
Se vistió de maldición como si fuera su manto, Y entró como agua en su cuerpo Y como aceite en sus huesos. (Salmos 109:18)
Séale como vestidura con que se cubra, Y por cinto con que se ciña siempre. (Salmos 109:19)
Sea esta la paga del SEÑOR para mis acusadores, Y para los que hablan mal contra mi alma.
Pero Tú, oh DIOS, Señor, por amor de Tu nombre hazme bien; Líbrame, pues es buena Tu misericordia; (Salmos 109:21)
Porque afligido y necesitado estoy, Y mi corazón está herido dentro de mí. (Salmos 109:22)
Voy pasando como sombra que se alarga; Soy sacudido como la langosta. (Salmos 109:23)

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Salmos 109:20 - Referencia Cruzada

Luego les hablará en Su ira, Y en Su furor los aterrará, diciendo: (Salmos 2:5)
Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: 'Miren, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores.' Pero la sabiduría se justifica por sus hechos." (Mateo 11:19)
Hallará Tu mano a todos Tus enemigos; Tu diestra hallará a aquéllos que Te odian. (Salmos 21:8)
Dijo el rey al Cusita: "¿Le va bien al joven Absalón?" Y el Cusita respondió: "Sean como ese joven los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levantan contra usted para mal." (2 Samuel 18:32)
Sean avergonzados y humillados a una Los que buscan mi vida para destruirla; Sean vueltos atrás y cubiertos de ignominia Los que se complacen en mi mal. (Salmos 40:14)
Dijo además el rey a Simei: "Tú sabes todo el mal que hiciste a mi padre David, que tú reconoces en tu corazón; el SEÑOR, pues, hará recaer tu mal sobre tu propia cabeza. (1 Reyes 2:44)
Viendo Ahitofel que no habían seguido su consejo, aparejó su asno, se levantó y fue a su casa, a su ciudad, puso en orden su casa y se ahorcó. Así murió, y fue sepultado en la tumba de su padre. (2 Samuel 17:23)
Porque mis enemigos han hablado de mí; Y los que acechan mi vida han consultado entre sí, (Salmos 71:10)
Salmo de David. Dice el SEÑOR a mi Señor: "Siéntate a Mi diestra, Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies." (Salmos 110:1)
Pero a estos mis enemigos, que no querían que reinara sobre ellos, tráiganlos acá y mátenlos delante de mí." (Lucas 19:27)
Por tanto, les hago saber que nadie hablando por el Espíritu de Dios, dice: "Jesús es anatema (maldito);" y nadie puede decir: "Jesús es el Señor," excepto por el Espíritu Santo. (1 Corintios 12:3)
Honren al Hijo para que no se enoje y perezcan en el camino, Pues puede inflamarse de repente Su ira. ¡Cuán bienaventurados son todos los que en El se refugian! (Salmos 2:12)
El ha hecho volver sobre ellos su propia iniquidad, Y los destruirá en su maldad; El SEÑOR, nuestro Dios, los destruirá. (Salmos 94:23)
¿Qué les parece?" "¡El es digno de muerte!" le contestaron. (Mateo 26:66)
Estos mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas, y a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios sino que son contrarios a todos los hombres, (1 Tesalonicenses 2:15)
Pero cuando los Fariseos lo oyeron, dijeron: "Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios." (Mateo 12:24)
Alejandro, el calderero, me hizo mucho daño; el Señor le retribuirá conforme a sus hechos. (2 Timoteo 4:14)
El Señor está a Tu diestra; Quebrantará reyes en el día de Su ira. (Salmos 110:5)
Pero Jesús dijo: "No se lo impidan, porque no hay nadie que haga un milagro en Mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de Mí. (Marcus 9:39)