¿Le va bien al joven Absalón?" preguntó el rey. Y Ahimaas respondió: "Cuando Joab envió al siervo del rey y a su siervo, vi un gran tumulto, pero no supe qué era ."
(2 Samuel 18:29)Ponte a un lado y quédate aquí," le dijo el rey. Y él se puso a un lado, y se quedó allí.
(2 Samuel 18:30)Y cuando llegó el Cusita, dijo: "Reciba mi señor el rey buenas noticias, porque el SEÑOR lo ha librado hoy de la mano de todos aquéllos que se levantaron contra usted."
(2 Samuel 18:31)Dijo el rey al Cusita: "¿Le va bien al joven Absalón?" Y el Cusita respondió: "Sean como ese joven los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levantan contra usted para mal."
El rey se conmovió profundamente, y subió al aposento que había encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: "¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!"
(2 Samuel 18:33)Entonces dieron aviso a Joab: El rey está llorando y se lamenta por Absalón.
(2 Samuel 19:1)Y la victoria (la salvación) aquel día se convirtió en duelo para todo el pueblo, porque el pueblo oyó decir aquel día: "El rey está entristecido por su hijo."
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2 Samuel 18:32 - Referencia Cruzada
¿Le va bien al joven Absalón?" preguntó el rey. Y Ahimaas respondió: "Cuando Joab envió al siervo del rey y a su siervo, vi un gran tumulto, pero no supe qué era ."
(2 Samuel 18:29)Para el director del coro. Salmo de David. Cántico. Levántese Dios; sean esparcidos Sus enemigos, Y huyan delante de El los que Lo aborrecen.
(Salmos 68:1)Entonces Daniel, a quien llamaban Beltsasar, se quedó atónito por un momento, y le turbaron sus pensamientos. El rey le dijo: "Beltsasar, no dejes que el sueño ni su interpretación te turben." "Señor mío," respondió Beltsasar. "Sea el sueño para los que lo odian a usted, y su interpretación para sus adversarios.
(Daniel 4:19)Así perezcan todos Tus enemigos, oh SEÑOR. Pero sean los que Te aman como la salida del sol en toda su fuerza." Y el país tuvo descanso por cuarenta años.
(Jueces 5:31)Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive su alma. Puesto que el SEÑOR le ha impedido derramar sangre y vengarse por su propia mano, sean pues como Nabal sus enemigos y los que buscan el mal contra mi señor.
(1 Samuel 25:26)