Nueva Biblia Latinoamericana
Esconde Tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis iniquidades. (Salmos 51:9)
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. (Salmos 51:10)
No me eches de Tu presencia, Y no quites de mí Tu Santo Espíritu. (Salmos 51:11)
Restitúyeme el gozo de Tu salvación, Y sostenme con un espíritu de poder.
Entonces enseñaré a los transgresores Tus caminos, Y los pecadores se convertirán a Ti. (Salmos 51:13)
Líbrame de delitos de sangre, oh Dios, Dios de mi salvación, Entonces mi lengua cantará con gozo Tu justicia. (Salmos 51:14)
Abre mis labios, oh Señor, Para que mi boca anuncie Tu alabanza. (Salmos 51:15)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 51:12":

Charles Spurgeon
¡Señor, sálvame de mis pecados!
En esta oración, el autor pide a Dios que lo salve de sus pecados y lo proteja de caer en la tentación y el pecado en el futuro.


Dr. Roberto Miranda
La dicha de una vida perdonada
La importancia del perdón y la confesión de pecados en el Salmo 32, y cómo tener una relación clara con Dios nos permite recibir su sabiduría y guía.


Salmos 51:12 - Referencia Cruzada

¿Quién eres tú para juzgar al criado (siervo) de otro? Para su propio amo (señor) está en pie o cae. En pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie. (Romanos 14:4)
Guarda también a Tu siervo de pecados de soberbia; Que no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro, Y seré absuelto de gran transgresión. (Salmos 19:13)
Yo sé, oh SEÑOR, que no depende del hombre su camino, Ni de quien anda el dirigir sus pasos. (Jeremías 10:23)
A causa de la iniquidad de su codicia, Me enojé y lo herí. Escondí Mi rostro y Me indigné, Y él siguió desviándose por el camino de su corazón. (Isaías 57:17)
Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. (2 Corintios 3:17)
Mis pasos se han mantenido firmes en Tus sendas. No han resbalado mis pies. (Salmos 17:5)
Afirma mis pasos en Tu palabra, Y que ninguna iniquidad me domine. (Salmos 119:133)
Pero yo en Tu misericordia he confiado; Mi corazón se regocijará en Tu salvación. (Salmos 13:5)
Con llanto vendrán, Y entre súplicas los guiaré. Los haré andar junto a arroyos de aguas, Por camino derecho en el cual no tropezarán; Porque soy un padre para Israel, Y Efraín es Mi primogénito." (Jeremías 31:9)
No temas, porque Yo estoy contigo; No te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, Sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia. (Isaías 41:10)
por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. (Romanos 5:2)
En gran manera me gozaré en el SEÑOR, Mi alma se regocijará en mi Dios. Porque El me ha vestido de ropas de salvación, Me ha envuelto en manto de justicia Como el novio se engalana con una corona, Como la novia se adorna con sus joyas. (Isaías 61:10)
Y mi alma se regocijará en el SEÑOR; En Su salvación se gozará. (Salmos 35:9)
Mediante la fe ustedes son protegidos (guardados) por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo. (1 Pedro 1:5)
Y a Aquél que es poderoso para guardarlos a ustedes sin caída y para presentarlos sin mancha en presencia de Su gloria con gran alegría, (Judas 1:24)
Y porque ustedes son hijos, Dios ha enviado el Espíritu de Su Hijo a nuestros corazones, clamando: "¡Abba! ¡Padre!" (Gálatas 4:6)
¡Quién me diera volver a ser como en meses pasados, Como en los días en que Dios velaba sobre mí; (Job 29:2)
Griten de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra. Prorrumpan, montes, en gritos de alegría, Porque el SEÑOR ha consolado a Su pueblo, Y de Sus afligidos tendrá compasión. (Isaías 49:13)
Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: "¡Abba, Padre!" (Romanos 8:15)
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. (Lucas 1:47)
¿No volverás a darnos vida Para que Tu pueblo se regocije en Ti? (Salmos 85:6)
Para el director del coro. Salmo de David. Oh SEÑOR, en Tu fortaleza se alegrará el rey, ¡y cuánto se regocijará en Tu salvación! (Salmos 21:1)
Sostenme conforme a Tu promesa, para que viva, Y no dejes que me avergüence de mi esperanza. (Salmos 119:116)