Todas Tus vestiduras están perfumadas con mirra, áloe y casia; Desde palacios de marfil Te han alegrado con instrumentos de cuerda.
(Salmos 45:8)Hijas de reyes hay entre Tus damas nobles; A Tu diestra, en oro de Ofir, está la reina.
(Salmos 45:9)Escucha, hija, presta atención e inclina tu oído; Olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre.
(Salmos 45:10)Entonces el Rey deseará tu hermosura; Inclínate ante El, porque El es tu señor.
Y la hija de Tiro vendrá con presentes; Los ricos del pueblo suplicarán tu favor.
(Salmos 45:12)Toda radiante está la hija del Rey dentro de su palacio; Recamado de oro está su vestido.
(Salmos 45:13)En vestido bordado será conducida al Rey; Las vírgenes, sus compañeras que la siguen, Serán llevadas a Ti.
(Salmos 45:14)Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 45:11":
Salmos 45:11 - Referencia Cruzada
Eres hermosa como Tirsa, amada mía, Encantadora como Jerusalén, Imponente como un ejército con estandartes.
(Cantares 6:4)Porque tu esposo es tu Hacedor, El SEÑOR de los ejércitos es Su nombre; Y tu Redentor es el Santo de Israel, Que se llama Dios de toda la tierra.
(Isaías 54:5)Vienen días," declara el SEÑOR, "en que levantaré a David un Renuevo justo; Y El reinará como rey, actuará sabiamente, Y practicará el derecho y la justicia en la tierra.
(Jeremías 23:5)El mensaje (La palabra) que El envió al pueblo de Israel, predicando (anunciando el evangelio) de paz por medio de Jesucristo, que El es Señor de todos.
(Hechos 10:36)Honren al Hijo para que no se enoje y perezcan en el camino, Pues puede inflamarse de repente Su ira. ¡Cuán bienaventurados son todos los que en El se refugian!
(Salmos 2:12)¡Cuán hermosos son tus pies en sandalias, Oh hija de príncipe! Las curvas de tus caderas son como joyas, Obra de manos de artífice.
(Cantares 7:1)Si tú no lo sabes, ¡Oh la más hermosa de las mujeres!, Sal tras las huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas Junto a las cabañas de los pastores."
(Cantares 1:8)Paloma mía, en las grietas de la peña, En lo secreto de la senda escarpada, Déjame ver tu semblante, Déjame oír tu voz; Porque tu voz es dulce, Y precioso tu semblante."
(Cantares 2:14)¡Cuán hermosa eres, amada mía. Cuán hermosa eres! Tus ojos son como palomas detrás de tu velo; Tu cabellera, como rebaño de cabras Que descienden del Monte Galaad.
(Cantares 4:1)Ellos, después de adorar a Jesús, regresaron a Jerusalén con gran gozo,
(Lucas 24:52)para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra,
(Efesios 5:26)Nunca más se dirá de ti: "Abandonada," Ni de tu tierra se dirá jamás: "Desolada;" Sino que se te llamará: "Mi deleite está en ella," Y a tu tierra: "Prometida." Porque en ti se deleita el SEÑOR, Y tu tierra tendrá esposo.
(Isaías 62:4)Has cautivado mi corazón, hermana mía, esposa mía ; Has cautivado mi corazón con una sola mirada de tus ojos, Con una sola hebra de tu collar.
(Cantares 4:9)Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.
(Romanos 14:9)Toda tú eres hermosa, amada mía, Y no hay defecto en ti.
(Cantares 4:7)¡Señor mío y Dios mío!" Le dijo Tomás.
(Juan 20:28)Jesús le dijo: "Mujer, cree lo que te digo: la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre.
(Juan 4:21)Mientras el rey estaba a la mesa, Mi perfume esparció su fragancia.
(Cantares 1:12)Como el lirio entre los espinos, Así es mi amada entre las doncellas."
(Cantares 2:2)El SEÑOR tu Dios está en medio de ti, Guerrero victorioso; Se gozará en ti con alegría, En Su amor guardará silencio, Se regocijará por ti con cantos de júbilo.
(Sofonías 3:17)Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de equidad es el cetro de Tu reino.
(Salmos 45:6)Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.
(Apocalipsis 5:8)Vengan, adoremos y postrémonos; Doblemos la rodilla ante el SEÑOR nuestro Hacedor.
(Salmos 95:6)para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra,
(Filipenses 2:10)Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por El lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,
(Filipenses 3:8)