Nueva Biblia Latinoamericana
Porque mis lomos están inflamados de fiebre, Y nada hay sano en mi carne. (Salmos 38:7)
Estoy entumecido y abatido en gran manera; Gimo a causa de la agitación de mi corazón. (Salmos 38:8)
Señor, todo mi anhelo está delante de Ti, Y mi suspiro no Te es oculto. (Salmos 38:9)
Palpita mi corazón, mis fuerzas me abandonan, Y aun la luz de mis ojos se ha ido de mí.
Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis parientes se mantienen a distancia. (Salmos 38:11)
Los que buscan mi vida me tienden lazos; Los que procuran mi mal hablan de mi destrucción, Y traman traición todo el día. (Salmos 38:12)
Pero yo, como el sordo, no oigo; Soy como el mudo que no abre la boca. (Salmos 38:13)

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Salmos 38:10 - Referencia Cruzada

Desfallecen mis ojos por Tu salvación Y por la promesa de Tu justicia. (Salmos 119:123)
Para el director del coro. Masquil de los hijos de Coré. Como el ciervo anhela las corrientes de agua, Así suspira por Ti, oh Dios, el alma mía. (Salmos 42:1)
Cansado estoy de llorar; reseca está mi garganta; Mis ojos desfallecen mientras espero a mi Dios. (Salmos 69:3)
Se consumen de sufrir mis ojos; Han envejecido a causa de todos mis adversarios. (Salmos 6:7)
Mis ojos se consumen por las lágrimas, Hierven mis entrañas; Mi hiel se derrama por tierra, A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén), Cuando niños y lactantes desfallecen En las calles de la ciudad. (Lamentaciones 2:11)
Pero Jonatán no había oído cuando su padre puso al pueblo bajo juramento; por lo cual extendió la punta de la vara que llevaba en su mano, la metió en un panal de miel y se llevó la mano a la boca, y brillaron sus ojos. (1 Samuel 14:27)
Pues mi vida se gasta en tristeza Y mis años en suspiros; Mis fuerzas se agotan a causa de mi iniquidad, Y se ha consumido mi cuerpo. (Salmos 31:10)
Ha caído la corona de nuestra cabeza. ¡Ay de nosotros, pues hemos pecado! (Lamentaciones 5:16)
Caf. Mi alma desfallece por Tu salvación; En Tu palabra espero. (Salmos 119:81)
Por tanto, en mí está agobiado mi espíritu; Mi corazón está turbado dentro de mí. (Salmos 143:4)
Desvaría mi mente, el espanto me sobrecoge. El anochecer que anhelaba se me convirtió en terror. (Isaías 21:4)
Han languidecido mis ojos a causa de la aflicción; Oh SEÑOR, cada día Te he invocado, He extendido mis manos hacia Ti. (Salmos 88:9)