Nueva Biblia Latinoamericana
Estoy encorvado y abatido en gran manera, Y ando sombrío todo el día. (Salmos 38:6)
Porque mis lomos están inflamados de fiebre, Y nada hay sano en mi carne. (Salmos 38:7)
Estoy entumecido y abatido en gran manera; Gimo a causa de la agitación de mi corazón. (Salmos 38:8)
Señor, todo mi anhelo está delante de Ti, Y mi suspiro no Te es oculto.
Palpita mi corazón, mis fuerzas me abandonan, Y aun la luz de mis ojos se ha ido de mí. (Salmos 38:10)
Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis parientes se mantienen a distancia. (Salmos 38:11)
Los que buscan mi vida me tienden lazos; Los que procuran mi mal hablan de mi destrucción, Y traman traición todo el día. (Salmos 38:12)

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Salmos 38:9 - Referencia Cruzada

Pues, en verdad, en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra habitación celestial; (2 Corintios 5:2)
A causa de la intensidad de mi gemido Mis huesos se pegan a la piel. (Salmos 102:5)
Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto. (Romanos 8:22)
Natanael Le preguntó: "¿Cómo es que me conoces?". Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." (Juan 1:48)
Oh SEÑOR, Tú has oído el deseo de los humildes; Tú fortalecerás su corazón e inclinarás Tu oído (Salmos 10:17)
Cansado estoy de mis gemidos; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Con mis lágrimas riego mi cama. (Salmos 6:6)
Para oír el gemido de los prisioneros, Para poner en libertad a los condenados a muerte; (Salmos 102:20)
De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. (Romanos 8:26)