Escucha, oh SEÑOR, mi voz cuando clamo; Ten piedad de mí, y respóndeme.
(Salmos 27:7)Cuando dijiste: "Busquen Mi rostro," mi corazón Te respondió: "Tu rostro, SEÑOR, buscaré."
(Salmos 27:8)No escondas Tu rostro de mí; No rechaces con ira a Tu siervo; Tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, Oh Dios de mi salvación.
(Salmos 27:9)Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, El SEÑOR me recogerá.
SEÑOR, enséñame Tu camino, Y guíame por senda llana Por causa de mis enemigos.
(Salmos 27:11)No me entregues a la voluntad de mis adversarios; Porque testigos falsos se han levantado contra mí, Y los que respiran violencia.
(Salmos 27:12)Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR En la tierra de los vivientes.
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Salmos 27:10 - Referencia Cruzada
¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, Sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvidara, Yo no te olvidaré.
(Isaías 49:15)El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte.
(Mateo 10:21)Como pastor apacentará Su rebaño, En Su brazo recogerá los corderos, Y en Su seno los llevará; Guiará con cuidado a las recién paridas.
(Isaías 40:11)En mi primera defensa nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron; que no se les tenga en cuenta.
(2 Timoteo 4:16)Entonces David dijo a Abisai y a todos sus siervos: "Mi hijo que salió de mis entrañas busca mi vida; ¿cuánto más entonces este Benjamita? Déjenlo, que siga maldiciendo, porque el SEÑOR se lo ha dicho.
(2 Samuel 16:11)Me he convertido en extraño para mis hermanos, Y en extranjero para los hijos de mi madre.
(Salmos 69:8)y LOS ENEMIGOS DEL HOMBRE serán LOS DE SU MISMA CASA.
(Mateo 10:36)Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo: "¿Crees tú en el Hijo del Hombre?"
(Juan 9:35)Miren, la hora viene, y ya ha llegado, en que serán esparcidos, cada uno por su lado, y Me dejarán solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
(Juan 16:32)