Nueva Biblia Latinoamericana
Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: Que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura del SEÑOR Y para meditar en Su templo. (Salmos 27:4)
Porque en el día de la angustia me esconderá en Su tabernáculo; En lo secreto de Su tienda me ocultará; Sobre una roca me pondrá en alto. (Salmos 27:5)
Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan, Y en Su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; Cantaré, sí, cantaré alabanzas al SEÑOR. (Salmos 27:6)
Escucha, oh SEÑOR, mi voz cuando clamo; Ten piedad de mí, y respóndeme.
Cuando dijiste: "Busquen Mi rostro," mi corazón Te respondió: "Tu rostro, SEÑOR, buscaré." (Salmos 27:8)
No escondas Tu rostro de mí; No rechaces con ira a Tu siervo; Tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, Oh Dios de mi salvación. (Salmos 27:9)
Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, El SEÑOR me recogerá. (Salmos 27:10)

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Salmos 27:7 - Referencia Cruzada

Para el director del coro; para instrumentos de cuerda. Salmo de David. Cuando clamo, respóndeme, oh Dios de mi justicia. En la angustia me has aliviado; Ten piedad de mí, escucha mi oración. (Salmos 4:1)
Salmo de David. Oh SEÑOR, escucha mi oración, Presta oído a mis súplicas, Respóndeme por Tu fidelidad, por Tu justicia; (Salmos 143:1)
Considera y respóndeme, oh SEÑOR, Dios mío; Ilumina mis ojos, no sea que duerma el sueño de la muerte; (Salmos 13:3)
¡Señor, oye mi voz! Estén atentos Tus oídos A la voz de mis súplicas. (Salmos 130:2)
Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque es a Ti a quien oro. (Salmos 5:2)