Nueva Biblia Latinoamericana
Pero ahora El me ha agobiado; Tú has asolado toda mi compañía, (Job 16:7)
Y me has llenado de arrugas Que en testigo se han convertido; Mi flacura se levanta contra mí, Testifica en mi cara. (Job 16:8)
Su ira me ha despedazado y me ha perseguido, Contra mí El ha rechinado los dientes; Mi adversario aguza los ojos contra mí. (Job 16:9)
Han abierto contra mí su boca, Con injurias me han abofeteado; A una se han juntado contra mí.
Dios me entrega a los impíos, Y me echa en manos de los malvados. (Job 16:11)
Estaba yo tranquilo, y El me sacudió, Me agarró por la nuca y me hizo pedazos; También me hizo Su blanco. (Job 16:12)
Me rodean Sus flechas, Parte mis riñones sin compasión, Derrama por tierra mi hiel. (Job 16:13)

Otras publicaciones relacionadas con "Job 16:10":

Charles Spurgeon
Podemos esperar un trato tierno de parte del Señor
Charles Spurgeon reflexiona sobre la protección segura del Señor y pide ser encendido de nuevo para brillar para su gloria.


Samuel Acevedo
Dios mío, por qué me has desamparado?
El pastor habla sobre cómo sentir la presencia de Dios y confiar en su guía y protección, incluso en momentos de sentirse perdido y abandonado.


Job 16:10 - Referencia Cruzada

Se unen contra la vida del justo, Y condenan a muerte al inocente. (Salmos 94:21)
El pueblo estaba allí mirando; y aun los gobernantes se burlaban de El, diciendo: "A otros salvó; que se salve El mismo si Este es el Cristo (el Mesías) de Dios, Su Escogido." (Lucas 23:35)
Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes (Antipas) como Poncio Pilato, junto con los Gentiles y los pueblos de Israel, contra Tu santo Siervo (Hijo) Jesús, a quien Tú ungiste, (Hechos 4:27)
Entonces Le escupieron en el rostro y Le dieron puñetazos; y otros Lo abofeteaban, (Mateo 26:67)
Que dé la mejilla al que lo hiere; Que se sacie de oprobios. (Lamentaciones 3:30)
Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malhechores; Me horadaron las manos y los pies. (Salmos 22:16)
Pues toleran si alguien los esclaviza, si alguien los devora, si alguien se aprovecha de ustedes, si alguien se exalta a sí mismo, si alguien los golpea en el rostro. (2 Corintios 11:20)
Ofrecí Mi espalda a los que Me herían, Y Mis mejillas a los que Me arrancaban la barba; No escondí Mi rostro de injurias y salivazos. (Isaías 50:6)
Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla y dijo: "¿Cómo es que el Espíritu del SEÑOR pasó de mí para hablarte a ti?" (1 Reyes 22:24)
Reúne ahora tus tropas, hija de guerreros; Han puesto sitio contra nosotros. Con una vara herirán en la mejilla al juez de Israel. (Miqueas 5:1)
Pero ellos se alegraron en mi tropiezo, y se reunieron; Los agresores, a quienes no conocía, se juntaron contra mí; Me despedazaban sin cesar. (Salmos 35:15)
Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla, y le dijo: "¿Cómo pasó el Espíritu del SEÑOR de mí para hablarte a ti?" (2 Crónicas 18:23)
Cuando dijo esto, uno de los guardias que estaba cerca, dio una bofetada a Jesús, diciendo: "¿Así respondes al sumo sacerdote?" (Juan 18:22)
Y el sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban junto a él, que lo golpearan en la boca. (Hechos 23:2)
Y abrieron bien grande su boca contra mí; Dijeron: "¡Ajá, nuestros ojos lo han visto!" (Salmos 35:21)
Avidos abren su boca contra mí, Como un león que despedaza y ruge. (Salmos 22:13)