Nueva Biblia Latinoamericana
Y el SEÑOR preguntó a Satanás: "¿De dónde vienes?" Entonces Satanás respondió al SEÑOR: "De recorrer la tierra y de andar por ella." (Job 2:2)
Y el SEÑOR dijo a Satanás: "¿Te has fijado en Mi siervo Job? Porque no hay otro como él sobre la tierra; es un hombre intachable (íntegro), recto, temeroso de Dios y apartado del mal. El todavía conserva su integridad a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa." (Job 2:3)
Satanás respondió al SEÑOR: "¡Piel por piel! Sí, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. (Job 2:4)
Sin embargo, extiende ahora Tu mano y toca su hueso y su carne, verás si no Te maldice en Tu misma cara."
Y el SEÑOR dijo a Satanás: "El está en tu mano; pero respeta su vida." (Job 2:6)
Entonces Satanás salió de la presencia del SEÑOR, e hirió a Job con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla. (Job 2:7)
Y Job tomó un pedazo de teja para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas. (Job 2:8)

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Job 2:5 - Referencia Cruzada

Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne, Sólo he escapado con la piel de mis dientes. (Job 19:20)
Y David dijo a Dios: "¿No soy yo el que ordenó enumerar al pueblo? Ciertamente yo soy el que ha pecado y obrado muy perversamente, pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Oh SEÑOR, Dios mío, Te ruego que Tu mano sea contra mí y contra la casa de mi padre, pero no contra Tu pueblo, para que no haya plaga entre ellos." (1 Crónicas 21:17)
Y pasarán por la tierra oprimidos y hambrientos. Y sucederá que cuando tengan hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, volviendo el rostro hacia arriba. (Isaías 8:21)
Porque Tus flechas se han clavado en mí, Y sobre mí ha descendido Tu mano. (Salmos 38:2)
Mientras callé mi pecado , mi cuerpo se consumió Con mi gemir durante todo el día. (Salmos 32:3)
Hablarás a los Israelitas y les dirás: 'Si alguien maldice a su Dios, llevará su pecado. (Levítico 24:15)
Quita de mí Tu plaga; Por la dureza de Tu mano estoy pereciendo. (Salmos 39:10)
Entonces su mujer le dijo: "¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete." (Job 2:9)
Cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: "Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones." Job siempre hacía así. (Job 1:5)
Pero extiende ahora Tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no Te maldice en Tu misma cara." (Job 1:11)