Nueva Biblia Latinoamericana
Eran los días de Asuero (Jerjes), el rey Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre 127 provincias. (Ester 1:1)
En aquellos días, estando el rey Asuero reinando desde su trono real, en la fortaleza de Susa, (Ester 1:2)
en el año tercero de su reinado, ofreció un banquete para todos sus príncipes y servidores, estando en su presencia los oficiales del ejército de Persia y Media, los nobles y los príncipes de sus provincias. (Ester 1:3)
Y él les mostró las riquezas de la gloria de su reino y el magnífico esplendor de su majestad durante muchos días, 180 días.
Cuando se cumplieron estos días, el rey ofreció un banquete de siete días para todo el pueblo que se encontraba en la fortaleza de Susa, desde el mayor hasta el menor, en el atrio del jardín del palacio del rey. (Ester 1:5)
Había colgaduras de lino blanco y violeta, sostenidas por cordones de lino fino y púrpura en anillos de plata y columnas de mármol, y lechos de oro y plata sobre un pavimento mosaico de pórfido, de mármol, de alabastro y de piedras preciosas. (Ester 1:6)
Las bebidas se servían en vasijas de oro de diferentes formas, y el vino real abundaba conforme a la liberalidad del rey. (Ester 1:7)

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Ester 1:4 - Referencia Cruzada

Usted, oh rey, es rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino (la soberanía), el poder, la fuerza y la gloria. (Daniel 2:37)
A éstos Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles, que es Cristo en ustedes, la esperanza de la gloria. (Colosenses 1:27)
En el glorioso esplendor de Tu majestad, Y en Tus obras maravillosas meditaré. (Salmos 145:5)
Mi oración es que los ojos de su corazón les sean iluminados, para que sepan cuál es la esperanza de Su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, (Efesios 1:18)
Prepara Tu espada sobre el muslo, oh valiente, En Tu esplendor y Tu majestad. (Salmos 45:3)
Tuya es, oh SEÑOR, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; Tuyo es el dominio, oh SEÑOR, y Te exaltas como soberano sobre todo. (1 Crónicas 29:11)
Seguí mirando Hasta que se establecieron tronos, Y el Anciano de Días se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve, Y el cabello de Su cabeza como lana pura, Su trono, llamas de fuego, Y sus ruedas, fuego abrasador. (Daniel 7:9)
Lo hizo para dar a conocer las riquezas de Su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano El preparó para gloria, (Romanos 9:23)
Adórnate ahora de majestad y dignidad, Y vístete de gloria y de esplendor. (Job 40:10)
Con tu gran sabiduría, con tu comercio, Has aumentado tus riquezas, Y se ha enaltecido tu corazón a causa de tus riquezas. (Ezequiel 28:5)
Para dar a conocer a los hijos de los hombres Tus hechos poderosos Y la gloria de la majestad de Tu reino. (Salmos 145:12)
Oh rey, el Dios Altísimo concedió a tu padre Nabucodonosor soberanía (el reino), grandeza, gloria y majestad. (Daniel 5:18)
El SEÑOR reina, vestido está de majestad; El SEÑOR se ha vestido y ceñido de poder; Ciertamente el mundo está bien afirmado, será inconmovible. (Salmos 93:1)
Para el director del coro; con instrumentos de cuerdas. Salmo de Asaf. Cántico. Dios es conocido en Judá; Grande es Su nombre en Israel. (Salmos 76:1)
el rey reflexionó, y dijo: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?" (Daniel 4:30)
Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas." (Apocalipsis 4:11)
El SEÑOR engrandeció en gran manera a Salomón ante los ojos de todo Israel, y le dio un reinado glorioso como nunca había tenido ningún rey en Israel antes de él. (1 Crónicas 29:25)
En ese momento recobré mi razón. Y mi majestad y mi esplendor me fueron devueltos para gloria de mi reino, y mis consejeros y mis nobles vinieron a buscarme. Y fui restablecido en mi reino (soberanía), y mayor grandeza me fue añadida. (Daniel 4:36)
Grande es su gloria por Tu salvación, Esplendor y majestad has puesto sobre él. (Salmos 21:5)
Otra vez el diablo Lo llevó a un monte muy alto, y Le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, (Mateo 4:8)
Porque cuando les dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de Su majestad. (2 Pedro 1:16)
Y no nos metas (no nos dejes caer) en tentación, sino líbranos del mal (del maligno). Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.' (Mateo 6:13)
Se alegró por ello Ezequías y les mostró la casa de su tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, todo su arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara. (Isaías 39:2)