Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén.
(2 Crónicas 36:11)Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR su Dios; y no se humilló delante del profeta Jeremías que le hablaba por boca del SEÑOR.
(2 Crónicas 36:12)También se rebeló contra el rey Nabucodonosor que le había hecho jurar fidelidad por Dios. Pero Sedequías fue terco y obstinó su corazón en vez de volverse al SEÑOR, Dios de Israel.
(2 Crónicas 36:13)Asimismo todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo fueron infieles en gran manera, y siguieron todas las abominaciones de las naciones, y profanaron la casa del SEÑOR que El había consagrado en Jerusalén.
El SEÑOR, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque El tenía compasión de Su pueblo y de Su morada.
(2 Crónicas 36:15)Pero ellos continuamente se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Sus palabras y se burlaban de Sus profetas, hasta que subió el furor del SEÑOR contra Su pueblo, y ya no hubo remedio.
(2 Crónicas 36:16)Entonces Dios hizo subir contra ellos al rey de los Caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, y no tuvo compasión del joven ni de la virgen, del viejo ni del débil; a todos ellos los entregó en su mano.
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2 Crónicas 36:14 - Referencia Cruzada
El rey Acaz fue a Damasco a ver a Tiglat Pileser, rey de Asiria, y vio el altar que estaba en Damasco; y el rey Acaz envió al sacerdote Urías el diseño del altar y su réplica, conforme a toda su hechura.
(2 Reyes 16:10)No hemos escuchado a Tus siervos los profetas que hablaron en Tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
(Daniel 9:6)Sus sacerdotes han violado Mi ley y han profanado Mis cosas sagradas; entre lo sagrado y lo profano no han hecho diferencia, y entre lo inmundo y lo limpio no han enseñado a distinguir; han escondido sus ojos de Mis días de reposo, y he sido profanado entre ellos.
(Ezequiel 22:26)Los príncipes de Israel, cada uno según su poder, han estado en ti para derramar sangre.
(Ezequiel 22:6)Estando él a la Puerta de Benjamín, había allí un capitán de la guardia que se llamaba Irías, hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciéndole: "Tú vas a pasarte a los Caldeos."
(Jeremías 37:13)Entonces dijeron los oficiales al rey: "Den muerte ahora a este hombre, porque él desanima a los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo diciéndoles tales palabras. Este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal."
(Jeremías 38:4)Oh SEÑOR, nuestra es la vergüenza del rostro, y de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra Ti.
(Daniel 9:8)Desde los días de nuestros padres hasta el día de hoy hemos estado bajo gran culpa, y a causa de nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados en mano de los reyes de estas tierras, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la vergüenza pública, como en este día.
(Esdras 9:7)Ha desaparecido el bondadoso de la tierra, Y no hay ninguno recto entre los hombres. Todos acechan para derramar sangre, Unos a otros se echan la red.
(Miqueas 7:2)Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, Sus jueces, lobos al anochecer; No dejan nada para la mañana.
(Sofonías 3:3)Me dirigiré a los grandes Y les hablaré, Porque ellos sí conocen el camino del SEÑOR Y las ordenanzas de su Dios." Pero también todos ellos a una habían quebrado el yugo Y roto las coyundas.
(Jeremías 5:5)Y dije: "Oigan ahora, jefes de Jacob Y gobernantes de la casa de Israel. ¿No corresponde a ustedes conocer la justicia (el derecho)?
(Miqueas 3:1)Y Dios me dijo: "Hijo de hombre, levanta ahora tus ojos hacia el norte." Y levanté mis ojos hacia el norte, y vi que al norte de la puerta del altar, a la entrada estaba el ídolo de los celos.
(Ezequiel 8:5)Oigan ahora esto, jefes de la casa de Jacob Y gobernantes de la casa de Israel, Que aborrecen la justicia (el derecho) Y tuercen todo lo recto,
(Miqueas 3:9)Edificó altares en la casa del SEÑOR, de la cual el SEÑOR había dicho: "Mi nombre estará en Jerusalén para siempre."
(2 Crónicas 33:4)Así Manasés hizo extraviar a Judá y a los habitantes de Jerusalén para que hicieran lo malo más que las naciones que el SEÑOR había destruido delante de los Israelitas.
(2 Crónicas 33:9)Además quemó incienso en el Valle de Ben Hinom, e hizo pasar a sus hijos por el fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que el SEÑOR había arrojado de delante de los Israelitas.
(2 Crónicas 28:3)