Nueva Biblia Latinoamericana
Joaquín tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén, e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR. (2 Crónicas 36:9)
A la vuelta del año, el rey Nabucodonosor mandó que lo trajeran a Babilonia con los objetos preciosos de la casa del SEÑOR, y nombró a su pariente Sedequías rey sobre Judá y Jerusalén. (2 Crónicas 36:10)
Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. (2 Crónicas 36:11)
Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR su Dios; y no se humilló delante del profeta Jeremías que le hablaba por boca del SEÑOR.
También se rebeló contra el rey Nabucodonosor que le había hecho jurar fidelidad por Dios. Pero Sedequías fue terco y obstinó su corazón en vez de volverse al SEÑOR, Dios de Israel. (2 Crónicas 36:13)
Asimismo todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo fueron infieles en gran manera, y siguieron todas las abominaciones de las naciones, y profanaron la casa del SEÑOR que El había consagrado en Jerusalén. (2 Crónicas 36:14)
El SEÑOR, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque El tenía compasión de Su pueblo y de Su morada. (2 Crónicas 36:15)

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2 Crónicas 36:12 - Referencia Cruzada

Sin embargo, Josías no quiso retirarse de él, sino que se disfrazó para combatir contra él. Tampoco escuchó las palabras de Necao que venían de boca de Dios, sino que vino a entablar batalla en la llanura de Meguido. (2 Crónicas 35:22)
Pero usted, su hijo (descendiente) Belsasar, no se ha humillado su corazón aunque sabía todo esto, (Daniel 5:22)
Además, no se humilló delante del SEÑOR como su padre Manasés se había humillado, sino que Amón aumentó su culpa. (2 Crónicas 33:23)
Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Ve y habla a Sedequías, rey de Judá, y dile: "Así dice el SEÑOR: 'Yo entrego esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y él le prenderá fuego. (Jeremías 34:2)
Pero ni él, ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra escucharon las palabras que el SEÑOR había hablado por medio del profeta Jeremías. (Jeremías 37:2)
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR cuando el rey Sedequías le envió a él a Pasur, hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, para decirle: (Jeremías 21:1)
Cuando estaba en angustia, Manasés imploró al SEÑOR su Dios, y se humilló grandemente delante del Dios de sus padres. (2 Crónicas 33:12)
Entonces el rey Sedequías mandó que le trajeran al profeta Jeremías a la entrada tercera que había en la casa del SEÑOR; y el rey le dijo a Jeremías: "Voy a preguntarte una cosa; no me ocultes nada." (Jeremías 38:14)
Moisés y Aarón fueron a Faraón, y le dijeron: "Así dice el SEÑOR, el Dios de los Hebreos: '¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de Mí? Deja ir a Mi pueblo, para que Me sirva. (Éxodo 10:3)
Y a Sedequías, rey de Judá, hablé palabras como éstas: "Pongan su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, y sírvanle a él y a su pueblo, y vivirán. (Jeremías 27:12)
También su oración y cómo fue oído, todo su pecado y su infidelidad, y los sitios donde edificó lugares altos y levantó las Aseras y las imágenes talladas antes de humillarse, están escritos en los registros de los Hozai. (2 Crónicas 33:19)
Humíllense en la presencia del Señor y El los exaltará. (Santiago 4:10)
Pero después Ezequías se humilló, quitando el orgullo de su corazón, tanto él como los habitantes de Jerusalén, de modo que no vino sobre ellos la ira del SEÑOR en los días de Ezequías. (2 Crónicas 32:26)
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El los exalte a su debido tiempo, (1 Pedro 5:6)