El mayor de éstos es el amor
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
El amor es el valor supremo que hace posible que nosotros ahora vivamos a una altura diferente, con una protección diferente. La persona que ama está protegida en una manera excepcional. Cuando tu amas, Dios se siente atraído hacia ti. Cuando tu amas, tu corazón viene a ser como una señal que está emitiendo un “bip” continuo, y Dios escucha ese latido de un corazón amante, dondequiera que esté, aunque sea en una isla desierta, el Señor escucha ese corazón conforme a su corazón y se siente atraído hacia él. Y entonces, al Señor le encanta a esa persona bendecirla, respaldarla, prosperarla, porque no hay otra manera de uno ser prosperado.
El amor es la esencia del Evangelio y la base de la vida cristiana. El fruto del Espíritu es amor y es lo más importante, ya que las obras vienen como consecuencia de esa actitud. El amor de Dios es tan grande que nos rescató aún cuando estábamos alejados de Él. Es importante adoptar una postura de generosidad y amor en todo sentido. Los hijos de Dios deben producir obras y actos de amor de forma espontánea, como una telaraña que elabora una araña. Es necesario entender la urgencia de ser gente que ejemplifique el amor y desesperarnos por llegar a ese punto. Los dones del Espíritu son importantes, pero son meramente expresiones de algo más fundamental, que es el espíritu que produce tanto el fruto como el don. Es importante someter nuestra vida a la evaluación de personas altamente desarrolladas espiritualmente y preguntarnos si estamos en el camino del amor. Dios necesita congregaciones e individuos que se desesperen de sí mismos y se enfoquen en crecer en amor.
El amor es la plataforma fundamental del cristianismo y no puede ser alcanzado a través de la imitación. Dios necesita congregaciones e individuos que se desesperen de sí mismos y clamen por una manifestación mayor del amor en sus vidas. El amor también se alcanza a través del trato de Dios y la crucifixión del ser, donde Dios nos trata y rompe la corteza endurecida que impide que el amor se exprese a través de nosotros. No debemos temer el trato de Dios ya que Él es el cirujano por excelencia y se asegurará de que la cirugía termine en vida y bendición para nosotros. La vida cristiana es una experiencia misteriosa, poética y sublime, llena de sombras y luces, gritos y expresiones de alegría. Debemos abrazar el trato de Dios para producir el amor de Dios en nuestras vidas y decirle al Señor que Él nos forme y nos transforme conforme a la imagen de Jesucristo.Dice, “Más el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, fidelidad, mansedumbre y templanza.” Cada uno de esos temas, como digo, los vamos a desarrollar y espero que nos marquen de una manera especial.
Y él hace una aseveración aquí misteriosa, que creo que hay que señalarla por su importancia. Dice, “…contra tales cosas no hay ley.” Fíjese que él ha estado hablando en todo el capítulo acerca de la ley judaica, la ley mosaica. Pablo sabe que ya Cristo trascendió la ley, ya Cristo vino a traer lo perfecto. La ley era simplemente un aguante. La ley era algo provisional que Dios le dio a la humanidad por un tiempo, mientras venía lo verdadero, mientras venía la consumación de los tiempos y la humanidad ya estaba más preparada para recibir la verdad y la actualidad que Cristo representaba.