El amor como la fuerza de nuestra motivación
Omar Soto(Audio: Español)
RESUMEN:
En el inicio de un nuevo semestre de discipulado, el pastor Omar reflexiona sobre la importancia del amor en nuestras vidas y cómo el amor de Dios nos transforma. El amor es la fuerza de nuestra motivación y se manifiesta a través de nuestro servicio a Dios y a los demás. Jesús nos enseña que el mandamiento más importante es amar a Dios con todo nuestro ser y al prójimo como a nosotros mismos. Si practicamos el amor, no tenemos que preocuparnos por las demás leyes, ya que todas se resumen en el amor. Debemos usar nuestra libertad para servir a los demás y amarlos como Dios nos ama.
El amor de Dios es lo que nos mueve a servir a los demás. En la parábola de las ovejas y los cabritos, se muestra la importancia de servir a los demás como si sirviéramos a Dios mismo. Jesús también dio el ejemplo de servir a los demás al lavar los pies de sus discípulos. Pero muchas veces es difícil para nosotros entender y vivir ese amor sacrificial, ya que la sociedad nos enseña a buscar nuestro propio bien. Sin embargo, el propósito final del amor de Dios es restaurar y reconciliar toda la creación con Él, y cada uno de nosotros tiene el ministerio de la reconciliación. Pero para poder ser agentes de reconciliación, primero tenemos que haber reconciliado nuestra propia vida con Dios. No podemos aparentar un amor que no tenemos en nuestro corazón. Cada acción, gesto, servicio y ministerio que hagamos tiene que ser genuino y reflejar el amor de Dios en todo momento y en todos los entornos de nuestra vida.
El amor de Dios es algo que debemos vivir todos los días en nuestras vidas, no solo en la iglesia, sino en todos los aspectos de nuestra vida. Debemos ser genuinos y reflejar el amor de Dios en todas nuestras relaciones. La iglesia tiene el poder de ser un agente de reconciliación en nuestras comunidades y debemos crecer en el amor de Dios para poder ser parte de esta obra redentora. La cena del Señor nos ayuda a recordar el amor que Dios demostró por nosotros a través de su Hijo Jesús.Quisiera hoy compartir con ustedes una reflexión que he estado haciendo en estos últimos días. Yo creo que siempre que comienza un nuevo semestre de discipulado se abre la oportunidad para uno poder reflexionar en distintos principios que son muy básico para nuestra fe pero que a la misma vez tiene mucho significado y son de mucha profundidad.
Yo estoy seguro que cada vez que comienza un discipulado nuevo todos los maestros que ya han dado esta clase una y otra vez y no estoy hablando solamente de los discipulados del uno al cuatro. Aquí incluyo a crown, también incluyo a cualquier clase que se de aquí a nivel de la iglesia. Todos los maestros que dan estas clases de alguna forma u otra, porque sabemos que estamos trabajando con la palabra de Dios, sabemos que esas palabras infunden una vida nueva sobre nuestras vidas cada vez que nos exponemos a enseñar las mismas. Y así como Dios hace esa obra en las personas que enseñan, esa es mi forma de yo poder entender que Dios nos prepara a nosotros para poder ministrarle en la misma forma a los estudiantes que están en cada clase.