Nueva Biblia Latinoamericana
Entró entonces Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, pero no los encontró. Después salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel. (Génesis 31:33)
Raquel había tomado los ídolos domésticos, los había puesto en los aparejos del camello y se había sentado sobre ellos. Y Labán buscó por toda la tienda, pero no los encontró. (Génesis 31:34)
Y ella dijo a su padre: "No se enoje mi señor porque no pueda levantarme delante de usted, pues estoy con lo que es común entre las mujeres." Y él buscó, pero no encontró los ídolos domésticos. (Génesis 31:35)
Entonces se enojó Jacob y discutió con Labán. Y Jacob dijo a Labán: "¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que con tanta insistencia me hayas perseguido?
Aunque has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todas las cosas de tu casa? Ponlo delante de mis parientes y de tus parientes para que ellos juzguen entre nosotros dos. (Génesis 31:37)
Estos veinte años yo he estado contigo. Tus ovejas y tus cabras no han abortado, ni yo he comido los carneros de tus rebaños. (Génesis 31:38)
No te traía lo despedazado por las fieras. Yo cargaba con la pérdida. Tú lo demandabas de mi mano, tanto lo robado de día como lo robado de noche. (Génesis 31:39)

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Génesis 31:36 - Referencia Cruzada

Maldita su ira porque es feroz; Y su furor porque es cruel. Los dividiré en Jacob, Y los dispersaré en Israel. (Génesis 49:7)
Y el hombre de Dios se enojó con él, y dijo: "Deberías haber golpeado cinco o seis veces, entonces hubieras herido a Aram hasta exterminarlo. Pero ahora herirás a Aram sólo tres veces." (2 Reyes 13:19)
Pero Naamán se enojó, y se fue diciendo: "Yo pensé: 'Seguramente él vendrá a mí, y se detendrá e invocará el nombre del SEÑOR su Dios, moverá su mano sobre la parte enferma y curará la lepra.' (2 Reyes 5:11)
El impío huye sin que nadie lo persiga, Pero los justos están confiados como un león. (Proverbios 28:1)
Y los hijos de Jacob regresaron del campo al oírlo. Y aquellos hombres estaban muy tristes e irritados en gran manera porque Siquem había cometido una terrible ofensa (infamia) en Israel acostándose con la hija de Jacob, pues tal cosa no debe hacerse. (Génesis 34:7)
Entonces se encendió la ira de Jacob contra Raquel, y dijo: "¿Estoy yo en lugar de Dios, que te ha negado el fruto de tu vientre?" (Génesis 30:2)
Y mirando con enojo a los que Lo rodeaban, y entristecido por la dureza de sus corazones, le dijo al hombre: "Extiende tu mano." Y él la extendió, y su mano quedó sana. (Marcus 3:5)
ENOJENSE, PERO NO PEQUEN; no se ponga el sol sobre su enojo, (Efesios 4:26)
Esto lo saben, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; (Santiago 1:19)
Moisés se enojó mucho y dijo al SEÑOR: "¡No aceptes su ofrenda! No he tomado de ellos ni un solo asno, ni le he hecho daño a ninguno de ellos." (Números 16:15)