Nueva Biblia Latinoamericana
Hiram envió a sus siervos con la flota, marineros que conocían el mar, junto con los siervos de Salomón, (1 Reyes 9:27)
y fueron a Ofir, y de allí tomaron 14.3 toneladas de oro que llevaron al rey Salomón. (1 Reyes 9:28)
Cuando la reina de Sabá oyó de la fama de Salomón, por causa del nombre del SEÑOR, vino a probarlo con preguntas difíciles. (1 Reyes 10:1)
Llegó a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y gran cantidad de oro y piedras preciosas. Cuando vino a Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su corazón.
Y Salomón contestó todas sus preguntas; no hubo nada tan difícil que el rey no pudiera explicárselo. (1 Reyes 10:3)
Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que él había edificado, (1 Reyes 10:4)
los manjares de su mesa, las habitaciones de sus siervos, el porte de sus ministros y sus vestiduras, sus coperos, y la escalinata por la cual él subía a la casa del SEÑOR, se quedó sin aliento. (1 Reyes 10:5)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Reyes 10:2":

Dr. Roberto Miranda
Buscando mayores niveles de cercanía y de profundidad con Dios
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda explora la importancia de buscar una mayor cercanía y profundidad espiritual con Dios a través del ejemplo de la Sunamita y su relación con el profeta Eliseo en Segundo de Reyes.


Dr. Roberto Miranda
Vivir en tiempos de normalidad
En este sermón, el pastor habla sobre la historia de la Sunamita y la importancia de buscar a Dios con pasión y persistencia, así como de bendecir y apoyar a la iglesia. También se centra en el liderazgo espiritual de los hombres y la generosidad en la iglesia, y destaca la bendición que viene al preferir a Dios sobre todas las cosas.


1 Reyes 10:2 - Referencia Cruzada

Una multitud de camellos te cubrirá, Camellos jóvenes de Madián y de Efa. Todos los de Sabá vendrán, Traerán oro e incienso, Y traerán buenas nuevas de las alabanzas del SEÑOR. (Isaías 60:6)
Si alguien tratara de hablarte, ¿te pondrías impaciente? Pero ¿quién puede abstenerse de hablar? (Job 4:2)
Y el rey de Aram le dijo: "Ve ahora, y enviaré una carta al rey de Israel." Y él fue y llevó consigo 340 kilos de plata y 6,000 siclos (68.4 kilos) de oro y diez mudas de ropa. (2 Reyes 5:5)
Vino, pues, Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a la entrada de la casa de Eliseo. (2 Reyes 5:9)
Entonces ella dio al rey 4.1 toneladas de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas. Nunca más entró tanta abundancia de especias aromáticas como las que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (1 Reyes 10:10)
Y mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. (Lucas 24:15)
Tan pronto como acabó de hablar con Abraham, el SEÑOR se fue, y Abraham volvió a su lugar. (Génesis 18:33)
Tiemblen, y no pequen; Mediten en su corazón sobre su lecho, y callen. (Selah) (Salmos 4:4)
aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático; (Éxodo 25:6)
Así que al día siguiente, cuando Agripa II y Berenice entraron al auditorio en medio de gran pompa, acompañados por los comandantes y los hombres importantes de la ciudad, por orden de Festo, fue traído Pablo. (Hechos 25:23)
Y Ezequías los escuchó y les mostró toda su casa del tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara. (2 Reyes 20:13)