Nueva Biblia Latinoamericana
que has cumplido con Tu siervo David mi padre lo que le prometiste; ciertamente has hablado con Tu boca y lo has cumplido con Tu mano como sucede hoy. (1 Reyes 8:24)
Ahora pues, oh SEÑOR, Dios de Israel, cumple con Tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: 'No te faltará quien se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar delante de Mí como tú has andado delante de Mí.' (1 Reyes 8:25)
Ahora pues, oh Dios de Israel, Te ruego que se cumpla Tu palabra que hablaste a Tu siervo, mi padre David. (1 Reyes 8:26)
Pero, ¿morará verdaderamente Dios sobre la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no Te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado.
No obstante, atiende a la oración de Tu siervo y a su súplica, oh SEÑOR Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que Tu siervo hace hoy delante de Ti; (1 Reyes 8:28)
que Tus ojos estén abiertos noche y día hacia esta casa, hacia el lugar del cual has dicho: 'Mi nombre estará allí,' para que oigas la oración que Tu siervo haga hacia este lugar. (1 Reyes 8:29)
Y escucha la súplica de Tu siervo y de Tu pueblo Israel cuando oren hacia este lugar; escucha Tú en el lugar de Tu morada, en los cielos; escucha y perdona. (1 Reyes 8:30)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Reyes 8:27":

Charles Spurgeon
No te desampararé, ni te dejaré
Reflexión sobre la promesa de Dios de no abandonarnos y cómo recordar sus misericordias anteriores nos da ánimo.


Nancy G. Marquez
Satisfechos en Dios
En el Salmo 17, David pide protección contra los opresores y busca ser recto y agradable a Dios en todos sus caminos.author: Nancy G. Marquez,title: Satisfechos en Dios,summary: El Salmo 17 es una oración sincera de David pidiendo protección contra los opresores y pidiendo a Dios que esté atento a su clamor. Él busca ser recto y agradable a Dios en todos sus caminos. Termina la oración diciendo que estará satisfecho cuando despierte a la semejanza de Dios. El creyente sabe que encontrará su satisfacción completa cuando esté en la presencia del Señor, habiendo hecho todo lo posible por vivir semejante a Él aquí en la tierra.


1 Reyes 8:27 - Referencia Cruzada

Sin embargo, el Altísimo no habita en casas hechas por manos de hombres; como dice el profeta: (Hechos 7:48)
¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: "HABITARE EN ELLOS, Y ANDARE ENTRE ELLOS; Y SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO. (2 Corintios 6:16)
¿Adónde me iré de Tu Espíritu, O adónde huiré de Tu presencia? (Salmos 139:7)
Pero, ¿morará verdaderamente Dios con los hombres en la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no Te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado. (2 Crónicas 6:18)
Al SEÑOR tu Dios pertenecen los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en ella hay. (Deuteronomio 10:14)
Excelso sobre todas las naciones es el SEÑOR; Su gloria está sobre los cielos. (Salmos 113:4)
Miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios. Y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no Lo conoció a El. (1 Juan 3:1)
¿Podrá alguien esconderse en escondites De modo que Yo no lo vea?" declara el SEÑOR. "¿No lleno Yo los cielos y la tierra?" declara el SEÑOR. (Jeremías 23:24)
Así dice el SEÑOR: "El cielo es Mi trono y la tierra el estrado de Mis pies. ¿Dónde, pues, está la casa que podrían edificarme? ¿Dónde está el lugar de Mi reposo? (Isaías 66:1)
El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)
El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay , puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres , (Hechos 17:24)
Pero ¿quién será capaz de edificar una casa a Dios, cuando los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿Quién soy yo para que Le edifique una casa, aunque sólo sea para quemar incienso delante de El? (2 Crónicas 2:6)
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. (2 Corintios 12:2)