Nueva Biblia Latinoamericana
Y el rey dijo a Simei: "No morirás." Así el rey se lo juró. (2 Samuel 19:23)
También Mefiboset, nieto de Saúl, descendió al encuentro del rey; y no se había aseado los pies, ni recortado el bigote, ni lavado la ropa, desde el día en que el rey se marchó hasta el día en que volvió en paz. (2 Samuel 19:24)
Y cuando vino de Jerusalén al encuentro del rey, éste le dijo: "¿Por qué no fuiste conmigo, Mefiboset?" (2 Samuel 19:25)
Y él respondió: "Oh rey, señor mío, mi siervo me engañó; pues su siervo se dijo: 'Me aparejaré un asno para montar en él e ir con el rey,' porque su siervo es cojo.
Además, ha calumniado a su siervo ante mi señor el rey; pero mi señor el rey es como el ángel de Dios; haga, pues, lo que le parezca bien. (2 Samuel 19:27)
Porque toda la casa de mi padre no era más que hombres muertos ante mi señor el rey. Con todo, puso a su siervo entre los que comían a su propia mesa. ¿Qué derecho tengo todavía para quejarme más al rey?" (2 Samuel 19:28)
Y el rey le dijo: "¿Por qué sigues hablando de tus asuntos? Yo he decidido: 'Tú y Siba se repartirán las tierras.'" (2 Samuel 19:29)

Otras publicaciones relacionadas con "2 Samuel 19:26":

Isaías Rivera
El Rey ha mandado Su carro para buscarte
La historia de Mefi-boset y cómo el Rey David lo acogió en su mesa a pesar de su discapacidad, enseñando la importancia de reconocer el valor humano y ofrecer protección y seguridad.


Mick Da Silva
Salir de Lodebar, el lugar del sufrimiento
Reflexión sobre la historia de Mefi-boset y cómo fue restaurado por el rey David, invitando a aquellos que están lejos del Señor a restaurar su vida y comunión con Dios.


2 Samuel 19:26 - Referencia Cruzada

Y el rey dijo a Siba: "¿Para qué tienes esto?" Y Siba respondió: "Los asnos son para que monte la familia del rey, y el pan y la fruta de verano para que los jóvenes coman, y el vino para que beba cualquiera que se fatigue en el desierto." (2 Samuel 16:2)
Y el rey le preguntó: "¿No queda aún alguien de la casa de Saúl a quien yo pueda mostrar la bondad de Dios?" Y Siba respondió al rey: "Aún queda un hijo de Jonatán lisiado de ambos pies." (2 Samuel 9:3)
Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo lisiado de los pies. Este tenía cinco años cuando de Jezreel llegaron las noticias de la muerte de Saúl y Jonatán, y su nodriza lo tomó y huyó, pero sucedió que en su prisa por huir, él se cayó y quedó cojo. Su nombre era Mefiboset. (2 Samuel 4:4)