Nueva Biblia Latinoamericana
Pues yo su siervo reconozco que he pecado; por tanto, hoy he venido, el primero de toda la casa de José, para descender al encuentro de mi señor el rey." (2 Samuel 19:20)
Pero Abisai, hijo de Sarvia, respondió: "¿No ha de morir Simei por esto, porque maldijo al ungido del SEÑOR?" (2 Samuel 19:21)
Entonces David dijo: "¿Qué tengo yo que ver con ustedes, hijos de Sarvia, para que en este día me sean adversarios? ¿Ha de morir hoy hombre alguno en Israel? ¿Acaso no sé que hoy soy rey sobre Israel?" (2 Samuel 19:22)
Y el rey dijo a Simei: "No morirás." Así el rey se lo juró.
También Mefiboset, nieto de Saúl, descendió al encuentro del rey; y no se había aseado los pies, ni recortado el bigote, ni lavado la ropa, desde el día en que el rey se marchó hasta el día en que volvió en paz. (2 Samuel 19:24)
Y cuando vino de Jerusalén al encuentro del rey, éste le dijo: "¿Por qué no fuiste conmigo, Mefiboset?" (2 Samuel 19:25)
Y él respondió: "Oh rey, señor mío, mi siervo me engañó; pues su siervo se dijo: 'Me aparejaré un asno para montar en él e ir con el rey,' porque su siervo es cojo. (2 Samuel 19:26)

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2 Samuel 19:23 - Referencia Cruzada

Saúl le juró por el SEÑOR: "Vive el SEÑOR que ningún castigo vendrá sobre ti por esto." (1 Samuel 28:10)
Entonces David le dijo: "¿Me llevarás a esa banda?" Y él respondió: "Júreme por Dios que no me matará ni me entregará en manos de mi amo, y lo llevaré a esa banda." (1 Samuel 30:15)
Porque los hombres juran por uno mayor que ellos mismos , y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de toda discusión. (Hebreos 6:16)
Mira, contigo está Simei, hijo de Gera, el Benjamita de Bahurim; él fue el que me maldijo con una terrible maldición el día que yo iba a Mahanaim. Pero cuando descendió a mi encuentro en el Jordán, le juré por el SEÑOR, diciendo: "No te mataré a espada." (1 Reyes 2:8)
Entonces el rey mandó a Benaía, hijo de Joiada, y éste salió y atacó a Simei y lo mató. Así fue confirmado el reino en las manos de Salomón. (1 Reyes 2:46)
Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón, ten por cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá sobre tu cabeza." (1 Reyes 2:37)