Nueva Biblia Latinoamericana
Pero Abisai, hijo de Sarvia, respondió: "¿No ha de morir Simei por esto, porque maldijo al ungido del SEÑOR?" (2 Samuel 19:21)
Entonces David dijo: "¿Qué tengo yo que ver con ustedes, hijos de Sarvia, para que en este día me sean adversarios? ¿Ha de morir hoy hombre alguno en Israel? ¿Acaso no sé que hoy soy rey sobre Israel?" (2 Samuel 19:22)
Y el rey dijo a Simei: "No morirás." Así el rey se lo juró. (2 Samuel 19:23)
También Mefiboset, nieto de Saúl, descendió al encuentro del rey; y no se había aseado los pies, ni recortado el bigote, ni lavado la ropa, desde el día en que el rey se marchó hasta el día en que volvió en paz.
Y cuando vino de Jerusalén al encuentro del rey, éste le dijo: "¿Por qué no fuiste conmigo, Mefiboset?" (2 Samuel 19:25)
Y él respondió: "Oh rey, señor mío, mi siervo me engañó; pues su siervo se dijo: 'Me aparejaré un asno para montar en él e ir con el rey,' porque su siervo es cojo. (2 Samuel 19:26)
Además, ha calumniado a su siervo ante mi señor el rey; pero mi señor el rey es como el ángel de Dios; haga, pues, lo que le parezca bien. (2 Samuel 19:27)

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2 Samuel 19:24 - Referencia Cruzada

David subía a la cuesta del Monte de los Olivos, y mientras iba, lloraba con la cabeza cubierta y los pies descalzos. Entonces todo el pueblo que iba con él cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían. (2 Samuel 15:30)
Y Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, vino a David, y cayendo sobre su rostro, se postró. Y David dijo: "Mefiboset." "Su siervo," respondió él. (2 Samuel 9:6)
Gócense con los que se gozan y lloren con los que lloran. (Romanos 12:15)
Entonces el rey dijo: "¿Y dónde está el hijo de tu señor?" Y Siba respondió al rey: "Está en Jerusalén, pues ha dicho: 'Hoy la casa de Israel me devolverá el reino de mi padre.'" (2 Samuel 16:3)
ochenta hombres vinieron de Siquem, de Silo y de Samaria, con las barbas rapadas, las vestiduras rasgadas y cubiertos de incisiones, y con ofrendas de cereal e incienso en sus manos, para llevarlos a la casa del SEÑOR. (Jeremías 41:5)
Han subido al templo y a Dibón, a los lugares altos a llorar. Sobre Nebo y sobre Medeba gime Moab; En todas sus cabezas, calvicie; toda barba, rasurada. (Isaías 15:2)
Y cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. (Mateo 6:16)
Acuérdense de los presos, como si estuvieran presos con ellos, y de los maltratados, puesto que también ustedes están en el cuerpo. (Hebreos 13:3)