Nueva Biblia Latinoamericana
Así fue que Absalón huyó a Gesur, y estuvo allí tres años. (2 Samuel 13:38)
Y el rey David ansiaba ir adonde estaba Absalón, pues con respecto a Amnón que había muerto, ya se había consolado. (2 Samuel 13:39)
Joab, hijo de Sarvia, comprendió que el corazón del rey se inclinaba hacia Absalón. (2 Samuel 14:1)
Y Joab envió a Tecoa a traer a una mujer sabia de allí, y le dijo: "Te ruego que finjas estar de duelo, te pongas ahora ropas de luto y no te unjas con óleo, sino pórtate como una mujer que por muchos días ha estado de duelo por un muerto;
después ve al rey y háblale de esta manera." Y Joab puso las palabras en su boca. (2 Samuel 14:3)
Cuando la mujer de Tecoa habló al rey, cayó sobre su rostro en tierra, y postrándose, dijo: "¡Ayúdeme, oh rey!" (2 Samuel 14:4)
¿Qué te sucede?" le dijo el rey. Ella le respondió: "Ciertamente soy viuda, pues mi marido ha muerto." (2 Samuel 14:5)

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2 Samuel 14:2 - Referencia Cruzada

Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se ungió y se cambió de ropa; entró en la casa del SEÑOR y adoró. Después vino a su casa y cuando pidió, le pusieron comida delante y comió. (2 Samuel 12:20)
Y vino que alegra el corazón del hombre, Para que haga brillar con aceite su rostro, Y alimento que fortalece el corazón del hombre. (Salmos 104:15)
Se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa. Cuando salían, Josafat se puso en pie y dijo: "Oiganme, Judá y habitantes de Jerusalén, confíen en el SEÑOR su Dios, y estarán seguros. Confíen en Sus profetas y triunfarán." (2 Crónicas 20:20)
¡Huyan, hijos de Benjamín, De en medio de Jerusalén! Toquen trompeta en Tecoa, Y alcen señal sobre Bet Haquerem, Porque desde el norte se asoma el mal Y una gran destrucción. (Jeremías 6:1)
Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, (Mateo 6:17)
Palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, de lo que vio en visión acerca de Israel en días de Uzías, rey de Judá, y en días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. (Amós 1:1)
Al oír la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su marido. (2 Samuel 11:26)
Así edificó Belén (Casa del Pan), Etam, Tecoa, (2 Crónicas 11:6)
A su lado hicieron también reparaciones los Tecoítas, pero sus nobles no apoyaron la obra de sus señores. (Nehemías 3:5)
Lávate, pues, perfúmate y ponte tu mejor vestido y baja a la era; pero no te des a conocer al hombre hasta que haya acabado de comer y beber. (Rut 3:3)
Después de ellos los Tecoítas repararon otra sección frente a la gran torre sobresaliente y hasta el muro de Ofel. (Nehemías 3:27)
En todo tiempo sean blancas tus ropas, Y que no falte ungüento sobre tu cabeza. (Eclesiastés 9:8)