Nueva Biblia Latinoamericana
Pusieron sus armas en el templo de Astarot, y ataron su cuerpo al muro de Bet Sán. (1 Samuel 31:10)
Cuando oyeron los habitantes de Jabes de Galaad lo que los Filisteos habían hecho a Saúl, (1 Samuel 31:11)
se levantaron todos los hombres valientes, y caminando toda la noche, tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet Sán, y volviendo a Jabes, los quemaron allí. (1 Samuel 31:12)
Y tomando sus huesos, los enterraron debajo del tamarisco en Jabes, y ayunaron siete días.
Después de la muerte de Saúl, habiendo regresado David de derrotar a los Amalecitas, David permaneció dos días en Siclag. (2 Samuel 1:1)
Al tercer día, un hombre llegó del campamento de Saúl con sus ropas rasgadas y polvo sobre su cabeza. Al llegar ante David, se inclinó a tierra y se postró. (2 Samuel 1:2)
David le preguntó: "¿De dónde vienes?" "Me he escapado del campamento de Israel," le respondió. (2 Samuel 1:3)

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1 Samuel 31:13 - Referencia Cruzada

David fue y recogió los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo, que estaban en posesión de los hombres de Jabes de Galaad, quienes los habían robado de la plaza de Bet Sán, donde los Filisteos los habían colgado el día que los Filisteos mataron a Saúl en Gilboa. (2 Samuel 21:12)
Se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del SEÑOR y por la casa de Israel, porque habían caído a espada. (2 Samuel 1:12)
Entonces se enteró Saúl de que David y los hombres que estaban con él habían sido descubiertos. Saúl estaba en Guibeá, sentado bajo un tamarisco, en el alto, con su lanza en la mano, y todos sus siervos estaban de pie alrededor de él. (1 Samuel 22:6)
Débora, nodriza de Rebeca, murió y fue sepultada al pie de Betel, debajo de la encina. Esta fue llamada Alón Bacut (Encina del Llanto). (Génesis 35:8)
Los hombres de Judá vinieron y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá. Y avisaron a David: "Fueron los hombres de Jabes de Galaad los que sepultaron a Saúl." (2 Samuel 2:4)
Cuando llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, allí hicieron duelo con una grande y dolorosa lamentación. Y José guardó siete días de duelo por su padre. (Génesis 50:10)